Esta es la historia de un valiente personaje
Que, dejando atrás parte de su vida, emprendió su viaje.
En países que existieron antes de que los continentes se dividieran
El océano rodeaba, pues era antes de que la tierras se partieran
Dragones, hadas, unicornios, duendes, dríades y náyades eran habituales
Faunos, sátiros, dioses menores, musas y centauros, muy usuales

Todo esto en un mundo ajeno al nuestro, otro universo
Como un poema que dice lo mismo, pero con distintos versos
Nuestro protagonista, de joven edad
Dejaba pronto su casa y toda su heredad
Pues su padre había muerto de una terrible enfermedad

Dejando los campos verdes de su adorable hogar
Comenzó a caminar, mientras el llanto no conseguía ahogar
Pronto y sin poder evitarlo, no se contuvo y comenzó a llorar
Caminó y caminó hasta llegar al final del descampado
Había llegado a la parte del camino donde se vuelve escarpado
Había llovido copiosamente y el joven estaba empapado
Encontró refugio en una cueva cerca del camino
Y se quedó observando nostálgico el cielo vespertino
Despertó horas después y vio el rocío matutino

Continuó temprano con su viaje
Cuando un duende le salió al encuentro
Quería cobrarle peaje
El muchacho sacó unas monedas de su bolsillo
Eran sin duda el pago justo
Pero no le pareció suficiente al duendecillo

“Oro no quiero, plata tampoco, algo más allá deseo”
Dijo el narigón y barbudo hijo de la tierra;
“Un alivio para el peso que desde hace años acarreo”
Sorprendido, el héroe comenzó a recordar viejas historias
De repente su niñez hizo centelleos en su mente
Y como un rayo, la mayor idea acudió a su memoria

Apareció en sus recuerdos la antigua leyenda
De un hombre de otro mundo
Una historia que su padre le pidió que aprenda
“las antiguas historias hablan de un héroe que quita pesos
Qué devuelve el bienestar a los músculos tiesos
Y sana el dolor de los huesos

Pero el mayor mal, el mal del alma
Cura, sana, alivia y calma
Si el oro y la plata te han hastiado
acude a ese hombre, pues da aliento al cansado”

-¿Me dirás dónde encontrarlo?. -Dijo el duende -me gustaría poderlo ver.
-Lamento decepcionarte, es una leyenda, es imposible saber.
-Pues si este dolor puede curar, yo entonces, me debo apurar.
Te acompañaré en tu viaje si me lo permites, espero que guardes silencio y no me irrites.

Así este joven consiguió su primer acompañante
Un anciano duende de espíritu rimbombante

Busca tu también al héroe de la historia.
El día de tu muerte, encontrarás la gloria.
Si en la confianza de ver más allá, encuentras certeza,
Cuando despiertes a la verdad, verás su belleza.
Si con otras personas compartes la leyenda de gran valor.
Quizás entre ellos, encuentres el amor

Nunca dudes de lo que no puedes mirar
Pues entre las cosas invisibles, muchas, te pueden aliviar
No creas que no hay nada más allá de nuestro mundo
Pues yo, la inspiración, en los corazones fantasiosos;
Abundo.

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