Me había vuelto una coleccionista de corazones, sin duda Enrique en el 2008 había creado una mujer sin escrúpulos, fría y creo que hasta frígida en sus relaciones.
Estaba llena de amor pero cada vez que conocía a alguien a quien quería realmente intentaba alejarlo, aburrirlo, descubrir cosas con tal de alejarlo.
En el fondo no estaba preparada para una relación, al final de los días en mis momentos de soledad había llegado a la conclusión de que después del divorcio de mis padres yo había quedado en una realidad que no creía en el matrimonio ni en la monogamia.
Enrique había ayudado a que me creyese la historia de que la vida es un relajo y deq que habíamos venido solo a pasar el rato.
Estaba «feliz» viviendo la vida que siempre hubiese querido mi otra personalidad la de la chica mala, si, porque siempre quise ser mala para no sufrir.
Y entonces apareció el.
Digamos que si existe el karma yo en mi antigua vida debí haber sido un Don Juan porque en esta cada hombre que venía a mi vida estaba o más loco que yo o siempre terminaban con un futuro prometedor pero para la siguiente, para la que vendría después de mi.
Era como si mi misión era prepararlos para el matrimonio con otra.
Había descubierto mi darma, había descubierto el fin de mi espiralado corazón.
Victor era como el personaje con el que quería finalizar la novela, lo supe desde el primer beso, era como húmedo, pausado, calmado, atemporal, viajero.
Los besos de Victor hacían señal de que no quería conocer a nadie más después de el, quería dejar de calmar mi ansiedad con cualquier persona que pudiese llegar.
Mirarlo, hablar con el,era como volver 100 años atrás, era la prueba de que lo antiguo existe, hizo que volviera a ser yo, hizo que volviera a conectar con mis emociones, me despertaba en cada beso, en cada abrazo.
Yo había estudiado dos meses sus actos y seguían siendo buenos, lo cual hizo que me animara a abrir mi corazón, a contarle mis secretos, a mostrarle poco a poco que también tenía sombras, que también tenía grietas, heridas en el alma.
Antes se las hubiese contado desde un primer momento pero Juan me había enseñado a volverme desconfiada, fueron unas de sus mejores enseñanzas.
«No confíes en alguien que recién conoces» decía, «tienes que darte más importancia» «Si me dejas que sea por alguien mejor»
Y ahí estaba yo en un viaje conociendo a Victor por casualidades de la vida en la rica playa de Mancora.
Nunca pensaría en conocer a alguien en Mancora, pero el se mostró distinto.
Yo la fragil y tierna escritora del blog de amor había vuelto y nada menos que por el.
Yo creo que el no intuía que yo lo miraba como cuando uno mira a Brad Pitt, solo que a mi nunca me gustó ningún artista, pero la mayoría de chicas actuaba así, por lo tanto calza bien el ejemplo.
Todos tenemos demonios
Estaba cansada, agotando la poca esperanza que tenía en Vitor, el no era la persona que yo creía, el era un alma noble lidiando una batalla con demonios de la cual no era consciente. Yo que ya había hecho un acuerdo con los mios, lo veía clarisimo.
Mi castillo de disney se desmoronaba, veía como poco a poco la estabilidad que había alcanzado se iba apagando,
Recordaba porque me había enamorado de el, trataba de sostenerme de esas ideas, de que ese hombre existía, de que no era un mentiroso, de que no tenía su tinder activado, pero en el fondo siempre quedaba una duda.
Uno sabe cuando algo esta llegando a su fin, cuando por mas que intentas salvar, ya no se puede hacer nada, no hay como seguirte mintiendo, eres consciente de que vales, eres consciente de que no lo necesitas pero sin embargo, después piensas y te cuestionas o me cuestiono.
» Y si estoy exagerando»
El me convencía y yo me dejaba convencer lo adoraba, no podía creer que fuese un mentiroso, quiero creerle, quiero revivir todos esos momentos hermosos que pasamos cuando estamos juntos y no existe nadie más que el y yo.
Cuando descubrí y lo encare con respecto a su ex enamorada, me dijo que solo le hablaba amorosamente por pena, me costo creerle el cuento, despues me dijo que le tenía cariño nada más, después me dijo que ya no le volvería a hablar.
Pasó un día y no aguanté más, estar en esa situación de dudas era como estar en ansiedad constante.
Le escribí a Fabiana, yo no quería discusiones con nadie, no quería herirla pero tampoco podía quedarme con dudas, que el mundo me diga si hice mal o no porque yo creo que hice lo correcto para poder estar tranquila, pensé que vito se enojaría pero que si me amaba el entendería.
mi sorpresa fue grande, hirió de la forma más profunda mis emociones, me sentí dolida, humillada, me sentí en calidad de amante.
me llamo y me dijo varias cosas fuertes que prefiero no recordar.
quien era yo para el pensé?
Yo me había abierto con el pensando que era un alma noble, mi amor de vida presente, pasada y futura pero el se hizo un desconocido ara mi, me quedé entre asustada y perpleja al oirlo al otro lado del teléfono, reclamando que por que había hablado con su ex., que quien me creía que era.
Desde ese entonces no soy la misma, he estado creyendo en el pero al mismo tiempo sentía que no era yo.
y ahora que me doy cuenta de todo, que empiezo a abrir realmente los ojos me he dejado invadir por la famosa y horrible depresión, quien no ha estado así no saben lo terrible que es.
querer pararte pero no poder, preferir quedarte en la cama todo el día,pero si alguien viniese a buscarte y te levantase quizá te darían más ánimos, sin embargo a mi nnca me ha gustado dar pena.
hoy por ejemplo tengo una comida en todo el día, realmente no me dió hambre, ni siquiera me sonó el estomago, mi cuerpo no quería despertar, quería dormir o mi alma, pero mi cuerpo fisicamente estaba adolorido, como si me hubieran dado con un palo en la espalda…..y él …..él ni aparecía.
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