Fue una tarde bastante difícil tanto por la cantidad de cosas que se me presentaron y sobre todo por la fuerte discusión y los feos comentarios que hizo mi jefe acerca de mi trabajo. Lo que hago me gusta mucho porque durante todo el día tengo contacto con personas y cada vez hay un nuevo reto que cumplir, y como me agrada no siento el peso y la presión, sin embargo mi jefe no valora todo mi esfuerzo ni el tiempo que dedico a ello, quedándome todos los días un par de horas más de lo que corresponde a mi horario.
Faltaba pocos minutos para cumplir mi horario, me sentía bastante contrariada, sin embargo tenía que quedarme una o dos horas más por todos los pendientes acumulados durante el día; entonces recibí una llamada a mi celular, mi sorpresa fue que me llamaba una compañera de mi antiguo trabajo, del que salí hace unos seis o siete años. Me agradó escuchar su voz y a ella también se la escuchaba emocionada, luego de hablar por unos minutos de cosas personales me indicó que el motivo principal de su llamada era para indicarme que su actual jefe le había solicitado que me ubique y me proponga que vuelva a trabajar en el puesto que ocupe por varios años; rápidamente y sin pensar mucho, por los acontecimientos sucedidos en la tarde le pedí que me concretara una reunión al día siguiente, confirmamos la hora y sentí un gran alivio en mi corazón, luego de todo lo sucedido injustamente en las horas pasadas.
En el camino a casa fui meditando respecto a todo lo que estabasucediendo y haciendo un minucioso análisis de lo que decidiría, puse todas las cartas sobre la mesa y las fui ubicando mentalmente en mi cabeza para saber cuál era la parte ganadora; la situación actual con mi jefe me ponía nerviosa y a la vez sentía ira, porque amaba tanto lo que hacía entregándome por completo y a él no le importó decir esas barbaridades. Al día siguiente fui a la entrevista, me recibieron muy bien y me expusieron las cosas de manera muy clara, incluso tenían lista una proyección de cuanto ganaría mensualmente; todo lo que iba escuchando me gustaba y me convenía, y pensaba en que ya no tendría que escuchar los reclamos mal infundados en mi actual trabajo, una vez que terminaron su exposición les dije que aceptaba gustosa y que me dieran un par de semanas para entregar mi puesto, todo quedó muy de acuerdo y se fijó la fecha de mi ingreso.
Todo estaba dicho, me dirigí hacia mi oficina y tenía tanta expectativa por contarle lo sucedido a alguien, pero me mantuve al margen, por cosas internas de la empresa preferí enviar mi carta de renuncia y comunicar a mis compañeros luego de la quincena. Los próximos días fueron llenos de ideas y de expectativas, pese a que ya había laborado allí, las cosas eran nuevas, los jefes, los compañeros y los clientes, que eran mi principal objetivo. También me sentía apenada por lo que dejaba en el camino, especialmente mis compañeros que se convirtieron en mis mejores amigos, y con los que salíamos a celebrar de cuando en cuando.
Los días pasaron y el plazo para entregar mi puesto llegó, apenas pude hablar de mi renuncia con mi jefe, pero pensé que no podía dejar de agradecerle por la oportunidad que me dio de trabajar este tiempo en su empresa. Era viernes y ya había entregado mis útiles de oficina al encargado de personal, borre todas las cosas personales que tenía grabados en mi computador, los mails, las cartas, la renuncia, alguna que otra cartita de algún pretendiente, etc.
Por ser viernes y ya la hora de salida casi todo el personal de mi piso había salido y yo también esperé que se fueran para tener libertad de hablar con mi jefe, miré a mi alrededor y no vi a nadie, mire hacia su oficina que solamente era separada por unos ventanales grandes, y estaba escribiendo en su laptop. Me arme de valor y caminé hacia su oficina, di unos ligeros golpes en la puerta de vidrio y me paré en frente de su escritorio, alzó a ver y me dijo: ¨imagino que vienes a despedirte ¨, asentí con la cabeza; ambos nos quedamos callados durante un largo momento, creo que cada uno esperaba que el otro inicie la conversación. Inicié diciéndole todo lo que había pensado, agradecimientos en especial y disculpándome por los errores que pude haber cometido, lo cual fue motivo para que él se enojara conmigo, le hice notar que me había entregado por completo a mi trabajo y que muestra de ello eran mis resultados, que le habían sido de ayuda a la empresa. Se paró y me dio la espalda por unos minutos, mirando por su ventana hacia el patio vacío de la empresa, me miraba por breves momentos y luego nuevamente miraba hacia afuera, como queriendo dar a notar que me prestaba atención, pero a la vez meditaba mis palabras; luego por un momento fuimos interrumpidos, llegó el encargado de personal a indicar que ya todos habían salido de la empresa y preguntar si ponía la alarma en la puerta principal, él con voz de meditación le dijo que no demoraba mucho en salir y que era prudente poner la alarma en la puerta, y la quitaría al salir y nuevamente la dejaría colocando.
Mientras dirigía nuevamente su mirada hacia el patio vacío desde su ventana, miré de lado al encargado de personal y mientras iba de salida, con gestos y articulaciones me indicó que me esperaban en el barcito de siempre para celebrar mi despedida. Estaba un tanto nerviosa que no recuerdo detalladamente las palabras que dije durante los próximos minutos después de la interrupción, aunque tardó un poco, me pidió que me sentara él dando giros por su oficina empezó a hablarme, dijo tantas cosas pero en general nunca habló directamente del motivo por el cual se había enojado conmigo; me sentí un tanto decepcionada al escucharlo, pero me daba cuenta de que quería decirme algo y no sabía cómo hacerlo, así que dejé que hablara por varios minutos más, para ese momento los corredores y la parte de la oficina donde era mi sitio de trabajo estaban oscuros por la costumbre de que cada persona al salir apagaba la luz de su cubil. Por un momento me distraje divagando en lo que pretendía decirme y no lo escuchaba, solamente lo seguía con la mirada, lentamente se fue acercando, y dando a entender que la conversación se terminaba, deseándome éxitos y también disculpándose por los errores o malentendidos que pudieron haberse dado.
Al irse acercando me puse de pie para darle la mano y si había oportunidad un abrazo de despedida, y sobre todo para no llevarme ningún rencor hacia él, porque no quería cargar esa cruz durante toda mi vida. Ese día por la reunión con mi jefe y por la despedida fui muy bien arreglada más que de costumbre, incluso me hice un peinado un tanto sencillo pero que me quedaba muy bien, igualmente me vestí con ropa casual que hiciera resaltar mi figura. Nos quedamos parados uno enfrente del otro y pareció admirar lo bien que estaba, la tela ceñida a mi cuerpo, entre susurros comentó lo bonita que estaba y lo bien que me quedaba la ropa; me sonreí y sonroje quedándome perpleja, pues durante todo el tiempo que lo había conocido ni siquiera había escuchado de nadie que él hiciera comentarios de este tipo, más bien le teníamos en el concepto de seriedad y rectitud, e incluso miedo por la ira que desbordaba cuando no se hacía las cosas a su manera.
Estábamos parados uno en frente del otro, su mirada esta vez se fijó en mis ojos, tomó mi mano y con sus dos manos las cubrió, me exclamo buenos deseos y éxitos en mi nuevo trabajo, incluso en un momento beso mi mano, parecía ser todo, pero se acerco y me dio un fuerte abrazo, acariciaba mi espalda y todo transcurría en silencio, el abrazo duró un largo rato, y yo correspondí a su abrazo, también daba ligeras caricias en su espalda, sentía el calor de su cuerpo junto al mío e imagino que él sentía igual. Deslizó su cara hacia la mía sin dejar de abrazarme y me dio un beso, mitad en la mejilla y la otra mitad en mi boca, y se pegó nuevamente, me quedé bastante confusa sin saber qué hacer, solo continué parada y abrazándolo, pensaba en lo guapo que era, pero por el miedo que infringía casi nadie lo mencionaba. Otra vez deslizo su cara rozando la mía y me volvió a besar, está vez colocó de lleno su boca sobre la mía, me quedé inmóvil sin saber si corresponder a su beso, solamente continué en ese estado de pasividad.
Al ver que no me moví al darme el beso él cerró sus ojos y empezó a meter su lengua dentro de mi boca, en la perplejidad que me encontraba no cerré los ojos y miraba claramente las cosas que hacía; luego de un largo beso en el que no me moví pero tampoco correspondí, solamente recibí su lengua dentro de mi boca, él se separo y me miró a los ojos esperando mi asentimiento para continuar, yo me mantuve inmóvil en realidad no supe que hacer, luego de que trato de leer en mi mirada la aceptación, nuevamente se volcó a besarme, está vez cerré mis ojos y de cuando en cuando correspondía con mi lengua metiéndola en su boca; sentía su lengua hurgando dentro de mi boca, y la verdad que lo hacía muy bien, combinaba la sensualidad, la pasión y la ternura en sus besos.
Nos mantuvimos besándonos por varios minutos, el ambiente cada vez era más candente, en ocasiones tocaba mis pechos disimuladamente como que fuese un movimiento involuntario, fue cuando lo separé abruptamente, él con su respiración agitada se quedó mirándome y sin ningún permiso volvió nuevamente su boca contra la mía, ese gesto de posesión me gusto tanto que ya no pude decir que no a nada. Deslizó sus dedos ente mis cabellos y se apegaba tanto como le era posible que pude sentir la dureza de su miembro, empecé a pegar mi pelvis a su cierre del pantalón para sentir la fricción de su endurecida pieza.
El desliz de sus dedos en mi cabello hicieron que perdiera el control, eso era algo que me excitaba tanto y que me hacía sentir tan amada, soltó mi espalda luego de un abrazo eterno y bajo sus manos hacia mi cintura, desabrocho el cinturón y procedió a sacar mi blusa de dentro de mis pantalones, apenas lo hubo terminado se dedico a desabrochar los botones, con un poco de torpeza por lo excitado, pero lo hizo; luego soltó el broche de mi sostenedor y mis senos quedaron expuestos a él, rápidamente tomo con sus manos mis blancos y deliciosos pechos y los acarició, llevaba sus manos de dentro para afuera como queriendo obtener leche de ellos, agacho su cabeza y los besó completos, recorriendo con su lengua el perfil y chupando como un niño mis pezones que para ese momento estaban totalmente brotados. Me quedé quieta disfrutando los besos, las caricias y los mordiscos que hacía a mis pechos; sentía como de mi vulva brotaba el néctar caliente de mis entrañas, estaba muy húmeda lista para recibir al visitante que lo tenía endurecido entre sus piernas.
Su oficina era grande apropiada para tener reuniones con muchas personas, contaba con una mesa de trabajo con seis sillas y un par de muebles muy cómodos para charlar por horas sentados en ellos. Para ese momento las luces apagadas de casi toda la oficina y la oscuridad de la noche que se acercaba daban el tono perfecto para disfrutar del momento. Tomó mi blusa y mi sostenedor y los colocó en una de las sillas, él sacó su camisa del pantalón y se la quito por la cabeza, y nuevamente se prendió a mis pechos, con suaves empujones me apegó hacia la mesa de trabajo, una mesa grande y de buena contextura donde solíamos arrimarnos cuando había láminas o dibujos para revisar, me hizo sentar sobre la mesa y sin separarse de mi me recostó, él se incorporó y no quitaba sus ojos de mi cuerpo, me hacía el amor con su mirada; recostada sobre la mesa de trabajo quito todos los broches, seguros y cinturón de mi pantalón, y agachándose quitó el calzado de mis pies.
Ya estaba sin pantalón y mi minúsculo calzón apenas cubrían mi vulva y mis nalgas, sus manos acariciaron mis muslos y atrevidamente metía alguno de sus dedos en la comisura de mi entrepierna, luego se lanzó otra vez sobre mi boca y me besó locamente por un largo rato sus manos continuabas acariciando mis muslos y por sobre la tela acariciaba mi vulva, se deslizo hacia mis pechos y los volvió a chupar con desespero, apretaba con su lengua la punta de mis pezones sin lastimarlos, solamente provocando cada vez más excitación. Aprovechó el momento para quitarme el pequeño pedazo de tela que traía por calzón, bajó su boca por mi vientre dándome pequeños besos hasta llegar al vértice superior de mi vagina, recorrió su lengua por mi clítoris y la empezó a mover con rapidez queriendo masturbarme y provocarme mayor excitación, mi cuerpo se retorcía del placer y abrí mis piernas totalmente; aprovechando la posición se reclinó en sus piernas y tomó posesión total de mi vulva, lamiéndola, acariciándola y metiendo su lengua dentro de ella, alzo mis piernas para poder meter su lengua profundamente y exponer mi sexo a su cara y a su boca, me volvía loca con el sexo oral que me hacía, incluso llegue por tres ocasiones al punto de terminar en su boca, pero me contuve, sin embargo a la cuarta vez no pude más y me derrame, él no tardó en chupar con fuerza la totalidad de mi vulva, encerrando con su boca mis labios vaginales, que sensación tan deliciosa, moví mis caderas tan fuerte que sentía a su lengua como que fuese su pene metido dentro de mi.
Quedamos un tanto exhaustos y me quedé recostada sobre la mesa, él se incorporó y respiraba profundamente denotando su esfuerzo, tomo mis piernas con sus manos y las volvió a abrir, pego su endurecido pene y me lo penetro, sentía como su miembro se deslizaba dentro de mi vagina hasta meterlo profundamente, colocó mis piernas sobre sus hombros y lo metió aún más adentro, sentía como traspasaba mi cuerpo, dándome total placer, la humedad de mi vulva permitía que se deslizara hasta muy adentro y el placer de sus embestidas eran increíbles. Soltó mis piernas dejándolas sobre sus hombros y continuó con su penetración puso sus manos sobre mis senos, los empezó a acariciar, luego de unos minutos que repitió esta actividad el orgasmo vino y derramé gran cantidad de fluido sobre su pene, dejándolo totalmente mojado. Ël miraba como disfrutaba de este momento y empujaba con fuerza su miembro dentro de mi, hasta que cedió la sensación, lo sacó de entre mis piernas y se ubicó a un lado de la mesa tomo con sus manos mi cabeza y la acercó hacia su cintura, me deslice hasta llegar al lugar y colocó su miembro dentro de mi boca, me lo metió hasta la garganta, lo tenía completamente parado y parecía un hierro; con mi mano tome sus testículos y los apretaba de rato a rato, lo que hacía que se contraiga su cuerpo, igual tome la parte gruesa del pene y lo chupe con fuerza, como queriendo sacar un corcho de vino, eso hizo que su pene se pusiera al rojo vivo.
Chupe su miembro por mucho rato, de todas las formas que conozco sabiendo que eso le provocaría un enorme placer, entonces me detuvo y me llevo hacia uno de los sillones de la pequeña sala de su oficina, él se boto sobre el sillón quedando casi acostado me tomo de las manos poniéndome en posición frente a él y recogida mis piernas, me senté con su miembro dentro de mi vulva, nuevamente la posición hacia que lo lleve hasta lo profundo de mi cavidad, y empecé a moverme tomando absoluto control de la profundidad y el ritmo del acto, él, que apenas podía mover la cabeza, besaba mis senos con delirio y con sus manos apretaba mis muslos obligándome a meterme su pene profundamente, era delicioso su gran tamaño provocaba que la fricción me dé mucho placer, tanto que a los pocos minutos nuevamente sentí como me derramaba otra vez sobre su envergadura, esta vez como tenía el control hice que haya una fuerte fricción de mi pelvis sobre su virilidad, llevándolo tan profundo que casi traspasaba mi cuerpo; sin hacerme un comentario siquiera me tumbó sobre el sillón dejándome acostada y él se arrodillo sobre la alfombra que cubría una parte del piso y empezó a lamer mi vagina y abriendo una de mis piernas metió su lengua y uno de sus dedos, no sé cómo lo hizo pero tuve otro orgasmo de manera inmediata, está vez recibía el líquido que me brotaba en su boca y con su lengua provocaba que no cesará de brotar, prolongando el orgasmo por un buen rato.
Hizo que me sentará en el apoyo de los brazos del sillón dejando caer mi espalda y cabeza sobre el resto del asiento, nuevamente empezó a gozar de mi cavidad jugando con su lengua dentro de ella, poniendo énfasis en apretar mi clítoris con sus labios, esto hacía que mi vagina se expanda más y más a cada momento, alzo mis piernas hacia sus hombros y volvió a deslizar su gran virilidad sobre mi vagina, sentía como su hierro caliente ingresaba, dejando al límite la temperatura mi cavidad; como tenía caído mi cuerpo sobre el sillón me embestía con fuerza que podría asegurar que me atravesaría en cada movimiento, llegaba hasta el límite de mi cavidad y sentía como sus testículos apretaban y friccionaban mi clítoris en cada arremetida; para ese momento estaba totalmente entregada al placer mi cuerpo sentía en cada poro en cada caricia en cada movimiento y más aún en cada penetración un gran placer, nuevamente me sentí eyacular y él al percatarse de eso con sus manos se dio modos para apretar mis senos y mis pezones, arremetió con más fuerza cuando escaparon varios gemidos desde lo profundo de mi garganta, otra vez hizo que el orgasmo se prolongue durante un largo rato, provocando orgasmos intermedios sin dejar de sentir esa sensación, haciendo que a momentos fuera más fuerte la explosión al terminar, fue indescriptible no supe cuantas veces logré terminar durante esos cinco minutos. Sentí como sus manos apretaron mis brazos y como su respiración perdió el control, fue cuando su esperma se derramó en mihasta dejarme todo el líquido candente que guardaba su cuerpo, hizo unos empujones más y se boto a mi lado, quedando en silencio por un largo momento, yo solamente pensaba en lo sucedido y miraba como su esperma se iba deslizando entre mis piernas, aún hervía y la gran cantidad derramada iba abandonando mi cuerpo.
No hubo más que decir al parecer guardábamos una gran atracción entre los dos sin que nunca nadie dijera nada, tal vez por temor, por la situación, o por lo que pudiera ser, pero ya todo estaba consumado; luego de haberme vestido le di un beso en la mejilla y salí del lugar, era algo definitivo, tal vez nunca lo volvería a ver, pero mi pregunta era: si no lo iba a volver a ver porque permití que eso pasará, porque me entregue tanto al saber que era algo pasajero, al reflexionar me di cuenta que justamente por eso lo deje todo, porque nunca más se repetiría, porque era la primera y la última vez que nos veríamos y haríamos el amor; no fue que me entregue, sino que aproveche todo lo que él me pudo dar en ese momento, fue que disfruté todo lo que hubo que disfrutar porque no se volvería a repetir.
El fin de semana pasé en casa meditabunda y pensativa en todo lo sucedido, y con la expectativa de que sucedería el lunes próximo cuando me reciban en mi nuevo pero antiguo trabajo, la nostalgia invadía a momentos mi espacio, fueron tantas cosas bonitas que viví tantos retos que afronte y al final el placer y la entrega que sentí de la persona que menos me hubiese imaginado le gustaría. Pero me di cuenta que el pasado debe quedar atrás y lo que viene es lo que debe entusiasmarme, así que me puse a preparar una ropa bonita y a practicar algunos peinados para los primeros días, quería dejar una buena impresión a todos, y sobre todo debía ganarme el lugar que un día deje; tenía varias razones porque luchar, mis hijos, mi situación económica, mi realización personal, en fin eran tantas cosas y quería conquistar el mundo desde el primer día, además llevaba separada por más de un año y debía pensar en mi futuro sentimental, en tener de ser posible una relación estable, alguien a quien me pueda entregar sin reparos. Era domingo en la noche, casi las diez, mis hijos ya se habían ido a dormir y miraba la televisión casi sin prestar atención, vinieron a mi mente como en una película muchos recuerdos de los momentos que viví en los meses anteriores, los viajes, las reuniones con clientes, los presupuestos alcanzados, los momentos de desesperación por salir adelante con las metas mensuales, y sentí como que los estuviese viviendo en ese momento que hasta sentía un acentuado nerviosismo adueñado de mi. Cambié en ese momento mis pensamientos por los momentos agradables, las reuniones luego del trabajo, los buenos amigos, y de repente apareció la figura de mi jefe, está vez la imaginación me estaba jugando una pasada, cerré mis ojos y volví a recordar la despedida que tuvimos el viernes pasado dentro de su oficina; con las luces apagadas en mi recámara y apenas la tenue luz de la televisión fui creando un espacio y un momento dentro de mi mente y de mis pensamientos, sentí como sus manos se entrelazaban en mis cabellos, y su boca se apegaba a mi boca, la humedad de su lengua invadiendo mi boca, y reviví el interminable abrazo que nos dimos. Poco a poco, el momento se iba adueñando totalmente de mis pensamientos, haciéndolos casi una realidad, sin darme cuenta mis manos estaban haciendo la labor que él había hecho sobre mi cuerpo, las caricias sobre mis senos, sobre mis muslos, las estaba repitiendo tratando de imaginar que eran sus manos, acaricié mis senos mis piernas, mi vientre, y me di modos para besarme uno de mis senos, con un poco de dificultad lo alcance y empecé a morderme los pezones y a chuparlos, me había excitado mucho con esa actividad que la repetí varias veces, sin embargo el deseo incontenible de tocar mi vulva se vino, y baje mi mano sobre ella, quería revivir como su lengua y sus dedos me habían tocado aquel día, deslice mi dedo hacía lo profundo de mi cavidad que para ese momento estaba muy húmeda y dilatada, masturbándome por la parte interior de ella, lo que obligo a que casi la mitad de mi mano estuviera penetrada en mi delicadeza.
Me levante de mi cama y quité la pijama de mi cuerpo, prendí la luz y cerré por completo las cortinas de mis ventanas, ubiqué el espejo grande que utilizaba para vestirme frente a mi cama y me volvía acostar, retomé nuevamente mis pensamientos y volví a repetir las caricias sobre mi cuerpo, sobre mis senos y mi vulva, tome unos de mis senos y lo llevé a mi boca y lo besé, mordisqueando mi pezón y chupándolo, otra vez alcancé total excitación, me tomé un buen tiempo en gozar mi par de senos que estaban endurecidos y con los pezones completamente rojos por las mordidas y por haberlos chupado por largo rato, me miraba al espejo de reojo y disfrutaba del morbo que se estaba dando sobre mi cama. Cuando sentí que mi vulva estaba preparada nuevamente volví a meter mi mano dentro de mi cavidad, esta vez me masturbé con los dos dedos introducidos, tocándome la parte interior y frotando con el pulgar mi clítoris, era una sensación tan deliciosa, que lo hice muy despacio para no llegarme rápido, miraba al espejo y podía apreciar como los líquidos de mi excitación se iban derramando sobre mi mano introducida, así que tome el líquido y lo unte sobre mis pezones luego metí mis senos en la boca, sentía el sabor de mi vulva húmeda y mordía mis pezones con más fuerza, sentía dolor paro igual el placer era muy grande, tome mis senos con las dos manos y los chupaba desesperadamente de uno en uno, con mordidas y caricias, deslizando mi lengua por todo ellos. Para ese momento sabía que con la más mínima fricción que hiciera en mi vagina me derramaría, pero podía ver en el espejo mi vulva totalmente dilatada y con una secreción que no paraba de salir, así que volví a introducir un par de dedos en ella y apreté mi muy fuerte dentro de ella, no tarde en llegarme, pero el momento en que mi orgasmo se estaba dando, hice movimientos tan leves, tan suaves que pude disfrutar por varios minutos, a mi mente se vino el momento en que mi jefe se derramó dentro de mi y seguí disfrutando del desliz de mis dedos sobre mis labios vaginales.
No fue hasta después de un mes que lo vi otra vez, caminaba por el área de personal a retirar mi liquidación y obligado tenía que pasar por frente a su oficina, fui con mucho recelo y la vez mucha expectativa de cómo sería su reacción al volver a verme luego de lo que sucedió entre nosotros. Caminé despacio pasando por su oficina y ya casi al terminar el ventanal alzó su mirada del computador y con su mano hizo señas de que entre, a esa hora la oficina estaba tan llena y constantemente sonaban los teléfonos que no había la privacidad de aquella noche; me acerqué y me saludo extendiendo su mano por encima de su gran escritorio, me preguntó cómo me estaba yendo y le dije que todo iba bien, otra vez sentí la sensación de que quería decirme algo pero no se atrevía, constantemente éramos interrumpidos por llamadas al celular, al convencional y por personas que entraban a su oficina, así que con un gesto de desaire solamente se despidió y me dijo que si en algo podía ayudarme a futuro que no dude en llamarlo; hasta el día de hoy no he vuelto a verlo ni lo he llamado, aunque a veces me tengo que contener para no hacerlo, siempre quedé con la curiosidad si entre nosotros pudo haber algo más allá de la atracción, aunque sabía que era casado y eso era una situación difícil de sobrellevar.
Había que mirar al presente y el primer mes en mi nuevo trabajo fue difícil por la cantidad de trabajo que había, pero reconfortante porque me sentía importante al saber que los clientes con los que trabajé una vez estaban contentos de que los vuelva a atender: constantemente tenía reuniones con el jefe de área para indicarle los posibles negocios que se estaban trabajando y para hacerle entender cómo era la tónica de la empresa, él no conocía mucho de esto sino que era muy amigo de los dueños por lo que llegó a ocupar el cargo. Casi no me daba tiempo para socializar y almorzaba rápidamente para seguir con mi trabajo, luego tenía que ir a mi casa para atender las necesidades de mi hogar, por lo que pasaba ocupada todos los días de la semana y el domingo en la tarde aprovechaba para dormir y retomar fuerzas para la semana que venía.
Aunque pasaba muy concentrada en mis labores podía sentir que alguien me miraba durante todo el día, apenas había un par de hombres en el sitio donde trabajaba y la oficina del gerente en otro lugar del cual él podía vernos a todas las personas del departamento de ventas; sin embargo mi prioridad era otra por lo que pasaba por alto esta sensación. Pasaron algunas semanas y poco a poco me di cuenta de quien me miraba mientras trabajaba, poco a poco ubique el lugar de donde salían las miradas y en ocasiones miraba de repente al lugar e interceptaba las miradas; era el gerente de la empresa, lo conocía desde hace tantos años atrás que nunca me imagine que le gustara, incluso cuando trabajé anteriormente hubo algunas reuniones donde él estuvo y nunca mostró interés en mi. Me sentía alagada por llamar la atención de un hombre así tan importante y que tenía sus encantos; hubo una ocasión en que regresé a ver de repente y coincidí con su mirada, él se sonrió y yo hice lo mismo, esto se repetía con frecuencia pero no nos decíamos nada.
Un día entre semana hubo una reunión con un cliente nuevo que por la magnitud de la compra exigía se le dé un precio más bajo que el cotizado, por lo difícil de la decisión le pedimos al gerente que se acerque a la sala de reuniones y nos acompañe para cerrar el negocio con un precio que sea favorable para ambos, la reunión se extendió por varias horas ninguno de los dos daba su brazo a torcer, mi jefe inmediato se excuso y solicitó permiso para salir de la reunión por un asunto personal que tenía a esa hora, nos quedamos cuatro personas, el cliente y su asistente, mi gerente y yo, por fin ya casi a las ocho de la noche logramos un consenso y se firmó el contrato con un precio atractivo para ambos. Acompañe a mi nuevo cliente hasta la puerta y lo despedí en su vehículo, regresé casi corriendo a mi oficina a tomar mis pertenencias y a buscar la forma cómo llegar a mi casa; salimos el gerente y yo al mismo tiempo y pudo ver mi desespero por ir a mi casa a esa hora de la noche, me preguntó por donde vivía y dijo que con un pequeño desvío me podía acercar a mi casa; no tenía ninguna opción y acepte inmediatamente la propuesta, por lo menos podía acercarme a alguna parada para tomar un bus.
En el camino comentamos largamente sobre la negociación y el beneficio que era para la empresa tener un cliente de esa magnitud, en fin todo el camino hablamos de trabajo y de nada más, luego de unos veinte minutos de trayecto me preguntó si el lugar donde estábamos me servía para tomar algún transporte, y le dije que sí, apenas tenía que cruzar la calle y ya un bus me llevaba hasta mi destino, se orillo hasta llegar a la esquina y quitó el seguro de las puertas del auto, me tomo de la mano y la sostuvo un momento mirándome a los ojos, y me felicitó por el negocio que habíamos concretado, aunque me di cuenta que lo que pretendía era acercarse a mi y quien sabe sacarme un beso; pero estaba tan preocupada por llegar a mi casa que me sonreí y le agradecí por el aventón, se sonrió haciéndome una broma y me dio un beso en la mano, crucé rápidamente la calle y un par de minutos después apareció el bus en el que llegaría mi casa; más tarde recibí un mensaje suyo en mi celular preguntando si ya llegué a mi destino, le contesté y agradecí su preocupación.
Al día siguiente apenas entró se acercó a mi escritorio y me volvió a preguntar cómo fue mi trayecto a casa, le contesté y le volví a agradecer, luego me pidió que fuera a su oficina para quedar claros en todos los puntos del contrato. Fui a su oficina luego de una media hora cuando ya tuve toda la información, me acompañó el jefe del departamento, conversamos y resumimos todo lo pendiente para ya iniciar con el trabajo del cliente, mi jefe inmediato recibió una llamada importantey salió a la puerta de la oficina, continuamos hablando de las fechas de entrega y al mirar hacia arriba observe que él me observaba y se deleitaba con la exposición que estaba haciendo, me sonroje y perdí el hilo de la conversación por un momento, él sonrió y me tomo de la mano haciéndome tranquilizar; me di cuenta de que le gustaba y tenía intensiones de seducirme, él era atractivo y tenía su encantó así que sin darme cuenta empecé a fijarme; cada vez que pasaba frente a mi escritorio lo alzaba a ver y me dedicaba una sonrisa, y al saludar era muy atento, incluso el día de mi cumpleaños me regaló un pequeño muñeco de peluche, me pude dar cuenta que él iba con todo. Un día viernes me pidió le dé unos datos acerca de las ventas con que habíamos cerrado el mes, por mis ocupaciones le pedí que me lo recibiera casi a la hora de salir, las otras chicas ya lo habían preparado con antelación así que fui la única en quedarme preparando esa información, no demoré mucho tiempo así que apenas había pasado unos treinta minutos de la hora de salida fui a la gerencia y entregué mi reporte, al recibirlo me hizo saber que estaba muy contento con mi trabajo y los resultados de cada mes y aprovecho para invitarme un café, en tono de broma me dijo que sea afuera porque el café de la oficina era horrible, me sonreí y acepte la invitación haciéndole saber que no podía demorar mucho porque tenía que llegar a ver a mis hijos. Entramos en un lugar agradable el tono de la luz era claro sobre las mesas pero en los corredores palidecía, caminamos hacia una mesa un tanto alejada de la puerta, me sugirió pedir un capuchino con un postre que para él era el mejor del lugar y acepté su propuesta, apenas nos desinhibimos un poco iniciamos nuestra conversación, me dijo que evitemos hablar de trabajo, que quería conocerme más a fondo, porque ya me había visto por tantos años, su interés era conocer mis gustos, mis prioridades, mis sueños, cosas de ese estilo, entonces le conversé mi situación actual, que era para ese entonces casi dos años de la ruptura de mi compromiso, que ya me había acostumbrado a estar sola y que mi prioridad en la vida era sacar adelante a mi familia, le comenté que en esos momentos vivía con mis padres y que por el momento estaba tranquila y me interesaba sobremanera mi trabajo, el me escuchaba haciendo ligeros comentarios y bromas entre tema y tema, lo que también me parecía gracioso y sonreía, en un momento me miró como sonreía y me dijo que tenía una sonrisa atractiva y que le gustaría tocar mis labios con sus labios, frene un poco la situación porque sabía que él era casado y tenía hijos, me hizo saber que su matrimonio estaba bastante mal y que no se llevaban muy bien, que su esposa estaba acostumbrada a gastar mucho dinero y que en ocasiones exageraba, eso había hecho que su relación esté ida a menos y que a momentos prefiera no llegar a su casa.
Terminé mi café y el postre y sugerí que nos vayamos, me pidió unos minutos más y entre charla y charla se hizo casi una hora, luego él mismo dijo que nos vayamos, pidió un par de botellas de agua y las fuimos llevando en la mano, subí a su coche y continuamos conversando mientras me acercaba a la casa, me puse a pensar que al despedirse era casi seguro que intentaría besarme, y qué haría yo en ese momento. Me tranquilicé y dejé que suceda lo que tenga que suceder, me relajé el resto del camino y continué conversando, incluso sus bromas me resultaban más graciosas; al llegar al lugar donde pactamos me dejaría acercó su coche junto a la puerta de un garaje como estacionándose, sabía que la despedida duraría unos minutos, incluso apagó el motor y giró su cuerpo poniéndose frente a frente. No desperdició el tiempo y tomó mi mano y me dijo que se sentía muy bien conmigo, que en lo poco que habíamos conversado se daba cuenta de que era una mujer muy agradable y muy luchadora, que me admiraba cada vez más y que aparte de eso le gustaba mucho, que tenía un rostro muy bonito y mi cabello le atraía mucho, yo me mantenía callada a la expectativa de sus avances, después de haberme alagado durante unos minutos se acerco y puso su mano detrás de mi cabeza, poco a poco fue juntándome hacia él hasta que nuestras bocas estuvieran juntas, solamente cerré mis ojos y me dejé llevar, me daba besos cortos pero de forma continua, como queriéndome dejar con ganas de más, y la verdad lo conseguía cada vez que se separaba estaba mi lengua por entrar en su boca o abría mis labios para que el disfrutara más de mi, y él se separaba; nos besamos durante un largo rato, en un momento puso su mano en mi hombro bajo la blusa y pensé que quería llegar a mayores en ese mismo día, pero no me pareció correcto entregarme de buenas a primeras, aunque si tenía muchas ganas por el tiempo que llevaba sin acostarme con un hombre.
Crucé la calle hacia el lugar donde tomaba mi transporte para ir a casa, en el asiento me acomodé par ir meditando y pensando en lo sucedido, me gusto mucho y pensé si lo dejaría ir más allá de los besos, pero me limitéa disfrutar el momento, ya vería en un futuro lo que pasaría y si se daba la oportunidad. La próxima semana me dijo que tenía una reunión de familia y que justamente iba por el camino de mi casa, así que con gusto me podía llevar, me sonreí y le agradecí el detalle, llegó el día y salimos juntos de la oficina conversando, al pasar por la recepción con sus palabras hizo notar que me llevaba porque iba por el camino de casa a una reunión familiar; quitó los seguros del carro y cada quien subió por su puerta, salió de inmediato del garaje y se encaminó, comenzamos la plática esta vez con más confianza, el hielo se derritió rápidamente y a cada momento hacía bromas que me causaban gracias por lo que todo el camino fui riéndome, al llegar al lugar de siempre se estacionó igual que la vez anterior y apagó el motor, se acerco de inmediato hacia mi y me beso, diciéndome que estaba desesperado por sentir mis labios, tomó mi cuelo con su mano y me apretaba contra su boca, eran besos llenos de pasión y de deseo lo podía sentir en su agitada respiración y su desespero por pegarme hacia él.
Varios minutos estuvimos besándonos y el ambiente cada vez era más candente, lastimosamente ese no era el lugar para avanzar un poco más, de cuando en cuando pasaban personas que miraban dentro del coche y eso nos incomodaba; me sugirió ir a un lugar donde podamos estar más solos y accedí, ya había dejado que me besara con toda libertad que lo demás venía por añadidura. Entro en un edificio por la parte trasera, puso una identificación y la puerta se abrió sola, llegamos a un garaje totalmente solitario, me dijo que tenía un departamento que iba a remodelarlo y que el edificio estaba casi vació porque en algún momento hubo fugas de agua, que no me preocupe porque nadie iba por ahí. Me reclinó el asiento y el suyo también, quedamos casi acostados en el vehículo, se puso casi encima y empezó a besarme apasionadamente metía su labio dentro de mi boca y con la suya succionaba mi labio inferior, se sentía bastante agradable, desabrochó un par de botones de mi blusa y acarició mis senos de una forma un tanto incómoda porque no soltó mi sujetador, quería que besara mis senos, así que lo hice a un lado para incorporarme y dejar libres mi senos para que los gozara, nuevamente me recosté en el asiento del carro, está vez si empezó a besar mis senos y a chupar mis pezones de la manera que me gustaba, afloje su camisa con casi todos los botones y comencé a acariciar su pecho, él no se despegaba de mis senos, no dejaba de succionar mis pezones y de acariciarlos con sus grandes manos, sin preguntarle y por iniciativa propia me quite los zapatos y deslice mi pantalón hacia abajo para quitármelo, no me permitió quitármelos completamente diciéndome que en un momento subiríamos al departamento, pero aprovecho que deslicé mis pantalones y mi calzón hasta casi mis rodillas y metió su mano en mi vagina y empezó a meter con delicadeza sus dedos en ella; jugamos un largo rato dentro del auto, ambos estábamos al borde, entonces se retrajo hacia atrás y subió su asiento y me indicó de donde se subía asiento del pasajero.
Subimos un par de pisos por las escaleras y entramos a un departamento amoblado, cubierto algunas partes con plástico,pero el dormitorio estaba muy limpio y ordenado, así que entramos en él, en ese momento solo pensaba en que me penetre y me haga gozar el momento, me indicó la puerta del baño y me invito a acostarme en la cama; se acostó a mi lado y me besó abrí mi boca para que la disfrutara a plenitud, el cinturón de mi pantalón estaba sobrepuesto por lo que no tuvo problema en meter su mano entre mis piernas, yo las abrí para que alcanzara el lugar que estaba buscando, quité un par de botones que puse en mi blusa para poder subir y dejé mis pechos listos para que los goce otra vez. Tomó mis pezones entre sus labios y con sus manos agarró mis dos senos, los acariciaba muy suavemente y luego los apretaba con fuerza sin dejar de succionar mis pezones, con mi rodilla rozaba su pene sintiendo lo duro que estaba, se separó por un momento y sacó mis pantalones y mi calzón, antes de acostarme había dejado mi calzado debajo de la cama, el brasier que pendía de mi brazo también lo quito de mi cuerpo dejándome totalmente desnuda, él hizo lo mismo, se quito toda su ropa rápidamente; me tomó de mis hombros y corrió mi cabeza hacia el filo del lado de la cama dejándola casi colgada y mis piernas con dirección al centro de la cama, entonces metió su gran miembro dentro de mi boca, como tenía casi colgada mi cabeza y él sobre mi, podía tragármela casi por completo, que a momentos me quedaba sin aire, entones la sacaba y me daba un respiro, luego volvía a meterla por completo hasta que me quedara sin respiración, dejé su pene totalmente lleno de saliva y en una de sus arremetidas dentro de la boca se lo impedí chupando la cabeza de su miembro de forma prolongada, entonces me empujo desde mis hombros y quede prácticamente en la mitad de la cama, mientras yo tenía su miembro en mi boca él se agachó encontrando mis labios vaginales y llevándoselos a sus labios, se recostó sobre mi y luego se dio vuelta dejándome encima suyo sin desprendernos cada uno del sexo del otro.
Practicamos esta posición durante largo rato, y sentía como su pene se engrosaba y enduraba cada vez más, lo llenaba de saliva y tenía mi boca empapada de ella, sin embargo no dejaba de gozarlo dentro de mi boca, él por su parte se esforzaba en meter su lengua lo más profundo que le fuese posible en mi vulva que debe haber sido un sabroso coctel a su paladar; descansé un momento de la chupada que le estaba dando a ese gran miembro y comencé a sentir el cosquilleo entre mis piernas, un orgasmo estaba llegando por la frotación de su lengua en mi vagina, me quedé quieta apretando su cabeza en medio de mis piernas, y el orgasmo vino, su boca lo recibió y lo disfrutó, se llevó el néctar a su garganta; me quedé quieta hasta que se me quite la sensibilidad y luego continué chupando su pene. Otra vez se colocó encima y me hizo abrir las piernas y se quedó admirando mi joya, con dificultad la pude ver y estaba totalmente mojada y libre de cualquier vellosidad porque la cuidaba muy bien así no tenga pareja. Le metió la lengua por unos momentos y procedió a introducir su pene, en un comienzo tenía mis piernas sobre la cama pero luego las subió a sus hombros, lo metió totalmente que pude sentir sus testículos frotando mi hueco posterior, me tomo de los tobillos y empezó a besar mis piernas a pasar su lengua por ellas, no paraba de introducirme y a ratos me llegaba al final de la vulva haciéndome estremecer, tenía un pene muy grueso que apretaba deliciosamente las paredes de mi vagina, no tarde en llegarme con un gran orgasmo, él sin cesar sus movimientos hizo que gritará cuando llegó a la escala más fuerte, miraba su rostro y veía como gozaba con mis gritos y gemidos. Hizo que me pusiera a gatas o en cuatro como le llaman y me lo introdujo de espaldas me tomó de la cintura y me apretaba con fuerza y el contacto se escuchaba como un gran palmada, se movía con rapidez y me lo introducía con fuerza, no tarde en venirme otra vez, grité nuevamente porque al llegarme se movió con más rapidez y me apretó con más fuerza. Al rato se recostó y me puse de espaldas, me lo introdujo por la espalda y empezó a moverse, yo también tome el ritmo y me movía, con sus manos acariciaba mis senos, mientras continuábamos moviéndonos, luego soltó uno de mis pechos y metió su mano ente mis piernas, mientras nos movíamos con su pene dentro me masturbaba, sentir ese doble placer fue increíble, así duramos por un largo rato, yo misma me lo metía más cada vez que podía y metía mi mano para ser los dos los que jueguen con mi vulva, el orgasmo fue delicioso, muy prolongado, de una frecuencia muy alta, muy rico, no dejamos de movernos sino que continuamos gozando del orgasmo, al poco rato su mano soltó mi vulva y me tomó de la cintura, fue que sentí como derramó su esperma, suavemente empuje mis nalgas sobre su cintura para sacar todo el esperma que tenía dentro; se quedó inmóvil con el pene adentro, por los lados de mi orificio empezó a derramarse el semen sobre la sábana de la cama, fui al baño a retirarme el liquido, estaba sentada en la tasa cuando entró y al verme sentada me puso su pene en mi boca, aún le brotaba semen que se iba quedando en mi lengua, me gustó sentir como seguía brotando el líquido en mi boca y me lo llevaba hasta muy dentro porque ya lo tenía flácido, sin embargo luego de unos minutos de haberlo chupado nuevamente se puso duro como una roca, con sus manos apretaba mi cabeza provocando que llegue hasta mi garganta. Abrió la ducha y regulo el agua a una temperatura agradable, nos entramos y me puso de espaldas me recline y apoye a la pared mientras él me penetraba de espaldas, el agua caliente caía en mi espalda y se deslizaba a mi cavidad y sonaba en cada embestida, se movía con rapidez, y se quitaba cada vez el agua que caía sobre su cara, yo me sentía divina, estaba recibiendo su envergadura de lo más rico y el calor del agua en mi espalda producía una agradable sensación, demoramos una media hora así, a ratos paraba para tomar aire y continuaba penetrándome con fuerza, sintiendo el agua caliente en nuestros cuerpo, al final ambos terminamos al mismo tiempo él me apretó duramente contra su pene y yo empujaba mis muslos a la vez provocando un rico orgasmo.
Salimos del departamento y me acercó nuevamente al lugar donde tomaba el bus que me llevaba a mi casa, me sentía tan bien y relajada, tenía un poco de recelo porque aún tenía mi cabello húmedo de la ducha, pero abrí un poco la ventana para que el viento lo seque. Pasé el fin de semana recordando los besos y caricias que me dio y me sentía tan bien, aunque me daba ganas de estar otra vez con él y que me haga el amor así muy rico; cada vez que iba al baño sentía mi vulva humedecida, estaba lista para tener relaciones de manera frecuente otra vez. Repetimos nuestros encuentros por casi dos meses en el mismo departamento, cada vez era mejor porque nos íbamos conociendo mejor y nos entregábamos por completo; aunque disfrutaba estar con él no sentía que estaba enamorada.
Era el día de su cumpleaños, entre todas las personas del departamento y mi jefe directo que era su amigo de hacia años, preparamos una reunión en su honor en un lugar muy bonito donde había buena comida y unos deliciosos cocteles. Desde el inicio nos dieron a beber tequila, lo que provocó que en un par de horas todos estemos medios ebrios, nos pasaron los platos de comida pero solo algunas de las personas que estaban terminaron de comer el resto no dejó los tragos de lado y apenas picaron algo en sus platos, los que habían comido más estaban sobrios y se despidieron no muy tarde, los demás continuábamos tomando hasta que quedamos solamente los dos y mi jefe inmediato que además era su amigo, en un momento que nos dejaron solos me pidió que no me vaya y que lo acompañe al departamento para que hagamos el amor en honor a su cumpleaños, no tenía problema total ellos eran mis jefes. Salimos del lugar y los tres fuimos al departamento, compraron licor y cigarrillos en el camino, pensé en quedarme a dormir ahí así que empecé a tomar igual que ellos, antes de eso envié un mensaje a casa diciendo que estaba donde una amiga y que me quedaría porque ya era tarde.
Subimos las gradas, abrí una funda de papas fritas para que comiéramos y se nos baje un poco la borrachera, como ya conocía el departamento fui al lugar donde estaban los vasos y tome un par de ellos y un cenicero para las colillas de cigarro; creo que fue muy notorio que yo conocía el lugar me desplazaba con total soltura, solamente se miraron entre ellos y sacaron sus propias conclusiones. Pero tenían ganas de tomar, serví un poco a cada uno y me pidieron que también tomara, tomé otro vaso y me serví un trago, golpeamos los vasos y brindamos por el cumpleañero, brindamos continuamente cuando me di cuenta estaba bastante alcoholizada y ellos también; quien era mi jefe inmediato se levantó y fue al baño empezó a demorar bastante así que aprovechamos el momento para besarnos y acariciarnos, metió sus manos rápidamente en mis senos y yo cogí su pene de inmediato, demoró tanto en salir que pensamos que se quedó dormido, así que continuamos; me había casi quitado la blusa y el sostén y mis senos estaban descubiertos, el cierre de mi pantalón bajado y sus manos tocando mis partes íntimas, nos besábamos con cuidado al comienzo pero luego hicimos como que estuviéramos solos. Se bajó los pantalones y se quedó sentado en el sillón de la sala, me quede con la blusa puesta pero sin sujetador y abierta, el pantalón si me lo tuve que sacar, así que dándole la espalda me senté sobre su miembro, los dos nos movíamos con el mismo ritmo, y yo empujaba mis nalgas para que me penetrara muy profundo, estábamos muy ebrios así que nos mantuvimos en el movimiento por algún rato, aprovechaba que estaba de espaldas para acariciarme los senos y mis muslos, a ratos giraba mi cabeza para que me besará, estuvimos así disfrutando de la noche, cuando estuve virada mi cara contra él para besarlo sentí que algo se movió, ya era muy tarde para taparnos o hacer algo, retorné a mi posición lentamente ya sin moverme sobre el miembro que lo tenía penetrado.
Me quedé aún más sorprendida cuando me di cuenta que la persona que estaba con nosotros había salido del baño, yo continuaba sentada y ebria y miré como sacó de su pantalón su gran pene endurecido, al parecer se quedó en el baño espiándonos mientras hacíamos el amor, mi pareja tomó mi mano y me la dispuso para coger el miembro de su amigo, la tomé sin percatarme de lo que hacía en ese momento, pero tenía un miembro muy respetable, al poco rato se pego más al sillón y me lo puso en la boca, no hice más que disfrutarlo y chuparlo totalmente, al poco rato lo veía quejarse de placer, mi boca le estaba brindando un placer único; por mi espalda en cambio estaba siendo penetrada por mi pareja, tomándome de la cintura clavaba su pene fuertemente dentro de mi; hasta ahora nunca lo había hecho de esa manera pero con el licor que llevaba en mi cabeza lo estaba disfrutando muchísimo. Se detuvieron los dos al mismo tiempo y me pusieron una venda en los ojos, apenas veía sombras por la parte de abajo, con mis manos me hacían coger sus penes endurecidos, me hicieron arrodillar sobre el sillón y sentí que alguien se ponía a mis espaldas al poco rato me introdujo su miembro, por delante me hicieron coger con la mano el otro miembro y me lo llevaron a la boca, se sentía bastante bien sentirlos dentro de mi cuerpo a los dos, casi podía adivinar quién era cada uno de ellos, pero me limitaba a gozar y a ver sombras, quien me estaba penetrando por la espalda metió el dedo de su mano en mi hueco trasero, debió haberse untado alguna cosa porque resbalaba con mucha facilidad, luego sentí que me metía dos y hasta tres de sus dedos sin dejar de penetrarme por mi vulva, yo me encontraba degustando ese duro pene que me lo metían en la boca, ahí tuve un rico orgasmo que me vino con la penetración y la masturbación en mi hueco trasero. Al terminar el orgasmo nuevamente se detuvieron y me hicieron parar, uno de ellos se sentó quedando casi acostado y me hizo sentar sobre él metiendo su miembro en mi cavidad trasera, sentí un poco de dolor al ingreso, pero me había puesto gran cantidad de lubricante por lo que entró fácilmente, quien estaba frente a mi alzo mis piernas hacia arriba y metió su miembro en mi vagina, era demasiado incómodo cada vez que la metía se volvía a salir, pero quien estaba recostado a mi espalda hizo un movimiento que me acomodo de tal manera que pude ser penetrada doblemente, sentía un par de manos muy calientes acariciar mis senos, y el movimiento dentro de mis dos cavidades, igual sentía como los endurecidos penes se topaban al coincidir empujando, trataban de llevar un ritmo en el que cuando el uno lo metiera el otro estuviera de salida, poco a poco nos fuimos acoplando, la fricción en mi parte posterior era más intensa, sentía mejor y más rico cuando lo metía, eso hizo que terminará muy rico, algo que se lo puede repetir todos los días, mi orgasmo se estaba prolongando cuando sentí que en mi vagina se derramaba el semen de quien me tomó por delante, al rato se quito dejándome sola con quien me penetraba por atrás, sin sacar su miembro me hizo poner de rodillas sobre el sillón y continuó penetrándome fuertemente; era tan deliciosa la sensación que me producía que gemía constantemente de placer, en unos minutos más nuevamente me vino otro orgasmo, sentía que mi vulva derramaba mi líquido que se mezclaba con el esperma que me dejaron dentro, continuó moviéndose detrás y se llegó dentro de mi huequito, me lleno de esperma, tanto que apenas lo sacó brotó toda su leche sobre el sillón. No sabía si quitarme la tela que cubría mis ojos porque todo terminó; me senté unos momentos para relajarme necesitaba un trago para quitarme la sed por todo el momento vivido, pedí el trago y pregunté si ya me quitaba la venda, pusieron un vaso en mi mano y con la otra mano me hicieron coger uno de los penes, estaba un tanto suave pero me lo llevé a la boca, aún le brotaba un poco de leche, la que tomaba con la punta de mi lengua y la envolvía en el grueso de su pene; pusieron el otro pene delante de mi y repetí el acto, la leche que brotaba la llevaba con mi lengua por todo su miembro, que poco a poco se iba endureciendo.
Volvimos a repetir estos encuentros un par de ocasiones, había mucho licor y mucho sexo, me gustaba hacerlo, pero luego sentía un poco de malestar conmigo misma, si bien disfrutaba plenamente liberar mi lívido por completo con ellos, faltaba algo que me motive a continuar viéndonos bajo esas circunstancias. Me hicieron propuestas de todo tipo cuando me negué a asistir, incluso me propusieron llevar a otra mujer para que disfrutemos más, pero sentí recelo porque imaginé que podría ser una prostituta, con el tiempo ya no volví a tener invitaciones ni de manera individual o colectiva, lo que hizo que me sintiera aliviada.
En lo que respectaba a mi trabajo ya lo dominaba por completo, me dirigía y me conocían las personas dentro de la fábrica, por lo que aprovechaba mi encanto para sacar provecho en mis ventas, de la misma forma todos colaboraban mucho conmigo y me ayudaban a que todo fuera bien; podía notar en algunos de ellos el coqueteo que me hacían y yo también les regalaba una que otra sonrisa; me sentía muy bien trabajando y logrando mis objetivos en tan corto tiempo, claro que esto a veces me demandaba quedarme hasta tarde y sacrificar el tiempo de mi familia, pero esperaba manejar todo de mejor forma una vez que todo estuviese encaminado. Hice amistad con varias de las personas de la oficina y en algunas ocasiones salimos a tomar unos tragos a algún bar, todos eran tranquilos y aparentemente buenas personas, nunca hubo quien se portará grosero o me acosara.
Poco a poco fui intimando con cada uno de ellos, bueno no con todos pero sí con las chicas que trabajaban en mi departamento, en especial con una de ellas, era madre soltera por muchos años, su hija era señorita, casi como mis hijos mayores, solía contarme todas sus intimidades sin reparos, yo le contaba también mis cosas pero con medida, prefería evitar hablar de mis cosas muy íntimas. Un viernes que salimos juntas caminando hasta la puerta principal de ingreso me hizo saber que estaba bastante contrariada, su hija tuvo problemas en la universidad y no hallaban la forma de solucionar, evite preguntar, porque prefería esperar a que ella mismo lo hiciera sin presión; mencionó el deseo de tomarse un trago para relajarse, me pidió que la acompañe y le prestará mi hombro para llorar; no tenía ganas de quedarme pero lo hice por solidaridad, no caminamos mucho y entramos a un lugar de no muy buena cara, como pensé que solo sería un trago no me hice problema, mientras tomábamos un par de cervezas me hizo saber que su hija había perdido el año en una materia por tercera vez consecutiva y que ya no le daban más oportunidad, a ratos se le iban las lágrimas mientras me hacía notar todo el esfuerzo y el dinero que había gastado para que estudie, a ratos no me podía contener y lloraba con ella, no pedimos más de las dos cervezas y salimos del lugar, caminamos en dirección a nuestros destinos y me invito a su casa, me dijo que iba a estar sola porque su hija por miedo se quedaría donde su abuela; percibió que no tenía muchas ganas de quedarme, me insistió diciéndome que ella tenía un conocido que le hacía de taxi y que me enviaría con él a casa. No pude negarme y tomamos un taxi hacia su casa, no demoramos más de veinte minutos en llegar, tenía un departamento pequeño pero muy bonito, como solo vivía con su hija había dos habitaciones, muy arregladas y con adornos hechos por ella, me di cuenta en ese momento de su gran habilidad manual, se agachó dentro de uno de los muebles de la cocina y sacó una botella de licor, me la indicó y dijo que le espere hasta prepara un coctel, me levante y puse un poco de música para alegrar el ambiente.
Trajo en su mano una jarra transparente y dos vasos con servilletas, acercó una pequeña mesa y colocó sobre ella los vasos y el licor, primero sirvió mi vaso y luego el de ella, tenía un sabor agradable medio dulce, medio agrio, pero no tuve problema en tomarlo, me preguntó si el trago era de mi gusto y le hice saber que sí, nuevamente me sirvió un trago y volvimos a brindar, esto se repitió varias veces, el licor que tomamos no era muy fuerte por lo que no causó mayores estragos, me invito a salir al balcón para fumar un cigarrillo y salimos juntas, tomó mi mano y me condujo hacia la puerta que daba al balcón llevando en su otra mano un vaso lleno con licor, para ese momento ya estábamos un poco alcoholizadas y nos reíamos de todo, así que mientras fumábamos hacíamos bromas una tras de otra. Continuamos tomando y pidió permiso para ir un momento al baño, me quedé sentada a esperarla, cerré mis ojos y por un instante dormité, reclinando mi cabeza sobre el espaldar del sofá, ella había salido del baño y sentada a mi lado, aprovecho mi sueño para darme un beso, no me inmute de lo sucedido porque parecía un sueño y mantenía mis ojos cerrados, incluso mi boca estaba entre abierta, pero luego reaccioné y me incorporé. Me separé un tanto y la quedé mirando, me pidió que no me asuste, que ella no es lesbiana, pero que tenía tanto odio por los hombres que en ocasiones prefería relacionarse entre mujeres, habló por tanto tiempo dándome las varias razones por las cuales se relacionaba con mujeres y hubo un momento en que me pareció que tenía mucha razón en lo que exponía; aunque era algo un tanto fuera de lo común, la serie de problemas que evitaba justificaban el hecho; de todos modos no dejaba de ser extraño, sin embargo cuando había visto escenas entre mujeres solía excitarme mucho.
Accedí pero con ciertas condiciones que obviamente ella aceptó, una de esas fue justamente que estuviésemos más entradas en tragos para desinhibirme y que veamos en televisión una película porno, de esa forma estaría más asequible; tomamos varios tragos de forma más apresurada que antes y me hizo ver una película que ciertamente hacía ver como disfrutar del sexo entre mujeres, muy excitante y muy real, se podía ver como se relacionaban con tanta delicadeza y como gozaban del encuentro. Terminada la película y ya un tanto o bastante avanzadas en tragos la dejé que tomará la iniciativa, desabrochó su parte superior de la blusa dejando casi descubierto sus senos, quedé sorprendida al ver el tamaño y lo bonitos que eran muy blancos, muy grandes y con sus pezones rosados, se podía notar que los tenía firmes y que no habían sido gozados al extremo; aflojó todos los botones de mi blusa y mi sostenedor, y tomó mis senos con sus manos tan suaves y tersas que parecía que un terciopelo frotaba mis pechos, luego acercó su boca y las beso, turnando el tiempo necesario a cada una, sin descuidar las caricias y la succión de cada pezón hasta quedar totalmente brotados. La excitación hizo que recostará mi cabeza en la cabecera del sillón y estirara mis piernas, dejándola que me goce a plenitud, se deslizo desde mis senos hasta la boca de mi estómago y empezó a succionarlos y darle leves mordiscos, se sentía muy agradable y era algo que jamás había probado, tenía cerrado mis ojos y sentí que se levanto, comenzó a besarme, me sentía extraña cuando me besaba, así que solamente abría un poco mi boca para que ella pudiese disfrutar, se puso en cuclillas sobre el sillón y sentó enfrente mío aprovecho de mi boca lo más que pudo, besaba muy bien pero estaba un tanto bloqueada y me mantuve un poco recia a corresponderle; abrí mis ojos y vi como liberaba el resto de sus senos frente a mi, nuevamente cerré mis ojos y sentí como ponía sus grandes bellezas en mi boca, su piel era muy suave y delicada, por lo que los tomé con mis manos y los acaricié, me deleitaba haciéndolo y también recorriéndolos con mi lengua, sentía su piel erizarse de placer y de sus adentros salían constantemente gemidos de placer, empezó a apretar sus senos contra mi boca y mi cara como exigiéndome que los gozara con más fuerza, así que mordí sus pezones, muy rosados, muy grandes y muy ricos, se excito al límite al parecer sus pechos eran partes muy sensibles de su cuerpo.
Faltaba continuar con el sitio de mayor placer y me tenía en zozobra lo que sentiría al momento de juntar nuestras vulvas, quitó mis pantalones y mi calzón, luego beso nuevamente mi vientre para continuar con un gran beso sobre mi vagina, se arrodilló en el piso y colocó mis piernas sobre sus hombros ocasionalmente llevándolas hacia arriba cuando quería profundizar con su lengua; lo hacía de manera muy aplicada y ordenada, primero metía en su boca uno de los labios de mi vagina y los disfrutaba por unos minutos, luego tomaba dentro de su boca el otro labio y lo gozaba,luego los juntaba y los metía juntos dentro de su boca, por último jugaba con mi clítoris chupándolo y dándole leves mordiscos, ese ejercicio lo repitió varias veces y en uno de ellos experimente un orgasmo, ella al sentirme metió un par de sus dedos y me masturbo para que se extienda mi momento; con su boca alcanzo partes de mi vagina que ningún hombre había gozado, lo que hizo realmente una experiencia novedosa. Me preguntó si deseaba gozar de su vagina con mi boca y le pedí que me diera tiempo, que tal vez si había otra oportunidad lo haría; me tomó de la mano y me llevó a su dormitorio me invitó a acostarme, se quitó el pantalón y sus zapatos, se puso detrás de mi y me recostó con delicadeza, luego se deslizo desde mi boca hasta mi vagina y empezó a gozarla otra vez, ella quedó recostada sobre mi dejando su vulva frente a mi cara, creo que con la intensión de que la metiera en mi boca; cruzó sus brazos por detrás de mis piernas y abría mi cavidad para disfrutarla, también metía sus dedos masturbándome durante cortos momentos; aunque no me atrevía a tomar su vagina en mi boca, cruce igualmente mis uno de mis brazos por detrás de su pierna y con la otra mano empecé a masturbarla, trataba de llegar a esos sitios en donde sé que se siente más agradable, y lo logré, al poco rato sentí como su vulva se dilataba y derramaba el néctar de sus caderas, fue ahí que me atreví a meter mi lengua dentro de su vagina, una para que su orgasmo sea más agradable y otra porque tenía curiosidad de sentir el sabor del flujo que le estaba brotando.
Se recostó sobre mi y quedamos frente a frente, me daba pequeños besos como queriendo saber si le correspondía, pero obtuvo una tenue respuesta, acariciaba mis senos y exponía los suyos para que también los siguiera disfrutando, y la verdad que disfrute mucho de sus hermosos pechos. Cruzando una de sus piernas con una de las mías quedaron juntas nuestras vulvas y se inició la danza, un movimiento parejo donde podía sentir su vulva rozando con la mía, totalmente juntas y friccionándose en cada movimiento, si bien no era el mismo placer de tener un pene introducido disfrutaba de la deliciosa sensación que producía, ninguna de las dos tenía bello en el pubis, así que el contacto era total, y ella sabía moverse y juntar los clítoris, sus movimientos delicados con un ritmo un poco ligero me daban mucho placer, lo que más me excitaba era sentir claramente su clítoris un tanto metido en mi vagina y lo mismo hacía yo, fueron unos minutos muy deliciosos y agradables que me hicieron llegar por dos ocasiones y a ella por tres, cuando venía un orgasmo sentía como se derramaba en mi vulva y casi podría decir que el flujo se deslizaba hacia dentro.
Cuando nos volvimos a ver sonreímos con un toque de complicidad y malicia, recibí luego de eso un par de invitaciones a salir pero las rechace; un día me contó que tenía un pretendiente y que ya se habían besado, sin embargo tenía dudas de llevar la relación un poco más allá, y le comenté que si le gustaba y el tipo era serio le dé una oportunidad, pareció entender el mensaje y a los pocos días me conversó que ya eran pareja, por cierto que me invitó a bailar con su novio y un amigo el fin de semana, lo que era más normal y acepté la invitación. Salimos el viernes casi a las seis de la tarde a reunirnos con su novio y un amigo, tomamos un taxi y nos dirigimos a la parte centro norte de la ciudad, los encontramos y nos subimos al auto de su novio, como no nos conocíamos las dos nos sentamos en la parte trasera del auto, poco a poco fuimos conociéndonos y rompiendo el hielo, dimos un paseo hasta que se hiciera hora de abrir las discotecas, en el camino compraron unas bebidas que parecen cocteles y vienen embasadas como si fueran refrescos de sabores, por cierto que con dos botellas de esas me sentí mareada, asi que tuve que dejar de tomar por un buen rato, en el trayecto barajamos posibles discotecas para la noche, como estaba un tanto mareada casi no opine, entonces el amigo del novio de mi amiga que sería mi pareja esa noche nos hizo una propuesta un tanto indecente, antes de hacer el comentario pidió las disculpas respectivas y recalco le disculpemos si nos sentimos ofendidas, él tenía una suscripción a un club swingery podía llevarnos a que pasemos la noche, que no había problemas por las bebidas porque eso era gratis y que había una pista de baile muy bonita, el resto de personas que estábamos en el vehículo no vimos ningún problema y además la invitación era gratuita.
Eran casi las diez de la noche y llegamos a un parqueadero, colocó el auto de espaldas como indicó el celador y nos bajamos todos, caminamos unos pasos hacia unas gradas y entramos a la discoteca por la parte posterior, todo se veía muy bien y muy normal y nos alegramos de haber tomado la decisión correcta, nos ubicamos en una mesa muy cerca de la pista de baile y tomamos nuestros abrigos y carteras y los pusimos a un lado del sillón que tenía una forma de semicírculo, nos ubicamos las dos mujeres juntas y los hombre se pusieron a los extremos del sillón, mi pareja que era socio del lugar se acercó a la barra y nos trajo unos margaritas de sabores para todos, nos comunicó que si queríamos algo se lo pidamos ó digamos su nombre en la barra y nos darían lo que pidiésemos, luego nos invitó a conocer el resto del lugar, primero fuimos a un lado de la discoteca, era una especie de lugares reservados donde solo se veía diminutas luces indicando el camino y sobre las mesas velas encendidas lo que daba un toque muy romántico, nos indicó que en ese lugar las parejas hacían de todo incluso tenían relaciones, continuamos el recorrido por el lugar y fuimos al fondo del lugar al lugar más extremo donde había una piscina no muy grande en forma ovalada y con detalles muy llamativos, alrededor de la piscina había un par de pantallas muy grandes donde se proyectaban películas porno, en ese momento solo habían unas tres parejas dentro que se besaban y se tocaban sin ningún reparo de el resto de personas. En los pisos superiores había habitaciones unas para parejas, otras para parejas dobles y otras para orgias entre varias parejas, poco a poco nos dábamos cuenta de las cosas que marcaban la diferencia y nos recorría un cierto nerviosismo; bajamos a nuestra mesa y nos servimos nuestros tragos otra vez se me subió el licor a la cabeza, así que salí a bailar con mi pareja, el lugar se iba llenando de a poco a decir verdad dentro de la pista de baile solamente por una pantalla grande que colgaba de la parte de atrás del bar proyectando videos porno, todo era de lo más normal, incluso me sorprendía ver a gente tan común y corriente como nosotros, la noche corrió con normalidad, en las mesas del lado de la disco a momentos se observaba tenuemente a parejas gozando, pero en la pista el ambiente se prendió y el baile y los tragos estaban a la orden del día. Cayó la media noche y el lugar estaba casi lleno, por lo menos en la parte junto a la pista no había un solo lugar, las mujeres vestían ropas muy bonitas y los caballeros usaban ropa bastante cerca a lo formal, a esa hora tomó la palabra un anfitrión y dio la bienvenida a los presentes, agregó que una de las chicas asistentes estaba de cumpleaños y me sorprendió ver como gran parte de los asistentes la conocían y se acercaban a felicitarla dando muestrade cariño, alguien salió con una pastel de cumpleaños y todos nos reunimos a su alrededor para cantarle, la cumpleañera tomo el micrófono y agradeció a todos los presentes y sobre manera a los dueños del club que se habían preocupado por celebrarle el cumpleaños y por supuesto a su esposo que se encontraba a su lado. Terminado esto el anfitrión ofreció un espectáculo a la cumpleañera, en ese momento salió un tipo casi desnudo a bailar en la pista, las mujeres lo redondearon y pusieron a la cumpleañera en primera fila, el tipo se le pegaba y ponía su enorme miembro entre sus nalgas y deslizaba rápidamente sus manos por medio de sus pechos, por detrás las otras mujeres aprovechaban y acariciaban el trasero del bailarín casi desnudo, todo era risas y algarabía, y todos disfrutaban del espectáculo incluso nosotras que poco a poco nos íbamos ubicando en la primera fila, hubo un momento en que el bailarín se ubicó justo en medio de las dos y tomo nuestras manos e hizo que las deslizáramos por su pecho, tenía un pecho totalmente duro, se notaba mucho gimnasio en ese cuerpo, yo atrevidamente de manera muy sutil alcancé a tocar su miembro, y si que era grande.
Para los hombres hubo algo parecido, una mujer muy bonita y muy joven salió al medio de la pista y provocaba a los hombres con su baile y su movimiento, su cuerpo era perfecto y su rostro tan bien, pero me llamó la atención la forma de bailar cada movimiento era un despliegue de sensualidad y provocación, podía notar como a los chicos que nos acompañaban se les iban los ojos; hasta que terminó y pensamos que nuevamente bailaríamos y beberíamos a placer, sin embargo algo más intenso sucedió en la pista, la cumpleañera y unas cuatro mujeres más de unos cuarenta años de promedio empezaron a desvestirse frente a un gran espejo que era parte de una pared de la pista, sus movimientos eran sensuales imitando a la bailarina que estuvo momentos atrás, a la cumpleañera le hicieron los honores desvistiéndola entre todas y poco a poco empezaron a tocar sus partes, las cuatro acompañantes la acariciaban y ponían sus manos en sus lugares íntimos, una de ellas se colocó entre el espejo y la cumpleañera y puso su boca sobre sus pechos gozándolos en frente de todos, otra de las chicas se agacho y le hizo abrir sus piernas para meter su lengua, todo el mundo gritaba y se deleitaba del espectáculo, nosotros estábamos perplejos y un poco asustados que no nos dimos cuenta que atrás de nosotros un pareja estaba teniendo relaciones, arrimada a una de las mesas está chica era embestida por su acompañante mientras le acariciaba sus senos; al poco rato varias parejas tenían sexo en la pista en las mesas y junto a las paredes, un grupo más pequeño nos limitábamos a bailar y a tomar, poco a poco nos fuimos tranquilizando y tomando las cosas con más naturalidad, las parejas que ya terminaban el acto sexual se iban incorporando a la pista de baile mientras que otro grupo se acercó al espejo, esta vez era un grupo de cuatro mujeres que se besaban y acariciaban, por detrás sus parejas fueron penetrándolas de espalda, cada cierto tiempo los chicos cambiaban de pareja y las penetraban hasta que los cuatro probaron a cada una de las chicas, esta vez ya más relajada me excitó el espectáculo, notaba en el rostro de cada una de ellas y de una en especial como gozaba el momento, a la persona que la penetraba le tomaba de las manos y le invitaba a que acaricié sus senos, estiraba su mano y les acariciaba el pene y los testículos, y notaba que empujaba su trasero en cada embestida para recibir por completo el pene que lo llevaba dentro.
Salimos ya casi a las tres de la mañana bastante alegres y bromeando por todo lo que vivimos dentro de la discoteca, el chico que fue mi pareja durante la noche se disculpó por no acompañarle a su amigo en el trayecto de regreso argumentando que tenía que trabajar al día siguiente, así que ni siquiera se subió al auto, solamente se despidió y al llegar a mi aprovecho mi impavidez del momento y me beso, salió fuera del parqueadero y tomo un taxi; una vez que mi amiga su novio y yo estuvimos subidos en el vehículo se dirigió rumbo a la casa de ella, íbamos tan alegres y dando risas, su novio paro en una licorería y compró una botella de tequila y cigarrillos, pusimos parte del licor en un vaso con sal y jugo de limón y fuimos bebiendo hasta llegar a casa. Entramos al garaje y subimos con discreción al departamento, con la intensión de no despertar al resto de vecinos, cada quien fue al baño con urgencia apenas entramos, y luego pasamos al balcón para fumar un par de cigarros, mientras eso mi amiga aprovecho colocando vasos sobre la mesa y poniendo rodajas de limón y naranja con sal para que podamos servirnos el resto del tequila; pasamos a la salita y nos acomodamos en dos sillones, para no incomodarme ella no se sentó junto a su pareja, hicimos un análisis ya con un poco de seriedad acerca de lo que acabamos de vivir, cada quien se preguntaba si estaría dispuesto a hacerlo y sobre todo en público, mi amiga y yo obviamente no decíamos mucho al respecto del encuentro entre mujeres porque ya lo vivimos, pero su pareja hizo un comentario bastante maduro y serio que nos pareció muy acertado, él pensaba que para disfrutar de los placeres no había límites, y que los límites los ponía cada uno, además pensaba que uno puede hacer cosas que sepa que no lo perjudicarán y que luego no serán una atadura; nos detuvimos mucho rato analizando su comentario y exponiendo ejemplos al respecto y al final todos llegamos a la misma conclusión, las cosas se las puede hacer si estás seguro de que no te causarán problemas inmediatos ni futuros. Volvimos a hacer mención de los actos que vimos en la disco y expusimos aquellos que nos habían impactado, los más excitantes y los más naturales, comentamos también acerca de los bailarines, haciendo notar la admiración que tuvimos al verlos en la pista de baile; en un momento el chico pidió permiso para ir al baño y mi amiga se sentó junto, me preguntó si le gustaría que lo hiciéramos entre los tres, algo parecido a lo que vimos hace unos momentos, en primera instancia me asustó su propuesta, pero yo estaba sola sin pareja, así que en la próxima ocasión que él fue al baño le dije que estaba de acuerdo; el problema era como hacerle saber a él que queríamos estar los tres en la cama, pero sin palabras.
La seducción era el camino, ella soltó un par de botones de su blusa haciendo que sus bellos senos quedaron expuestos con un toque de sensualidad y ganas, como yo llevaba falda, cruzaba mis piernas bastante atrevidas y cuando me levantaba para ir al baño o tomar una copa de la mesa abría mis piernas sin bajar mi falda; aprovechando que estábamos dos contra uno nos confabulamos para intimidarlo, ella tomo un vaso e hizo aparecer el licor regado sobre sus pechos y le pidió que se los limpie el corrió a la cocina a traer una servilleta o una toalla y ella le dijo que lo haga con su boca, él estaba un poco reservado ya que apenas se habían acostado un par de veces anteriormente y estaba yo presente; pero lo hizo un tanto tímido y se atrevió a besar una parte de sus senos, ella se acercó a mi lugar y le dijo ¨mira como se hace ¨, puso sus blancos senos muy cerca de mi cara y no hice más que besarlos y pasar mi lengua por donde aparentemente se regó el licor: él se incorporó y se puso detrás de ella, le acarició sus nalgas y metió sus manos bajo la blusa, mientras yo besaba sus pechos él con sus manos los dirigía hacia mi boca y los acariciaba, los apretaba de lado como pretendiendo que sus grandes pezones entren totalmente en mi boca, tomo a mi amiga por su cintura y la llevó un paso hacia atrás, empujando su cabeza la pegó a la mía haciendo que nos besemos, las dos intentamos hacerlo como en el club que estuvimos, esta vez abrí mi boca dejando que su lengua entre totalmente y también metiendo mi lengua en su boca; él aprovecho para bajarle sus pantalones y quitárselos ubicándolos en el sillón que estaban sentados, se hincó de rodillas en elsuelo y mientras ella le daba la espalda y se encontraba inclinada frente a mi besándonos, puso su boca en su vagina, ella colocó una de sus piernas en el asiento del sillón, yo aproveche para coger su cavidad con mi mano y sentir la lengua de su novio dentro, él continuaba metiendo su lengua en su vulva y con su mano me subió la falda y abrió mis piernas, hizo a un lado la pequeña tira que cubría mi vagina y empezó a acariciarla, para ese momento yo acariciaba esos grandes pechos y los besaba. Lo tomamos de la mano y lo recostamos sobre el sillón aproveché para meter su duro mazo en mi boca y gozarlo, sabía que eso lo enloquecería, ella cruzó su pierna en frente de su cara y le hizo continuar chupando su vagina, a ratos se agachaba y me quitaba el chupete de mi boca y se lo llevaba a su boca, cuando eso sucedía aprovechaba para acariciar sus deliciosos senos y apretar con mis dedos sus pezones, luego él me hizo que le deje de chupar su pene y me hizo sentar en él, me resistí porque quería que chuparan mi vagina, así que la tomé a ella del brazo y la puse detrás de mi, tome con mi mano su cabeza y dirigí su cara hacia mi cavidad, deleitándome por fin de esa chupada fabulosa, yo continué con el pene en la boca sintiendo como cada vez se hacía más grueso; al fin estaba lista para que metiera su grueso miembro en mi cavidad húmeda, continuaba recostado y me senté sobre él aproveche mi posición arriba para meterme todo el palo y moverme a mis anchas, ella nuevamente puso su vagina sobre su cara y frente a mi empezó a besarme y a acariciar mis pechos y coger mis pezones, yo hacía lo mismo porque nunca desaprovechaba el momento para gozar sus senos.
Fuimos al dormitorio para estar más cómodos y poder hacer las cosas con total libertad, entonces él se paró al filo de la cama y mientras permanecía recostada tomo mis piernas colocándolas alrededor de sus caderas, a ella la hizo arrodillar sobre la cama e inclinarse sobre nuestros sexos, lamiendo su palo y mi vulva a la vez, metía su pene en la boca y luego lamia mi clítoris, se sentía bastante bien pero era muy pausado el movimiento, así que no dejé que vuelva a sacar su pene, subí mis piernas sobre sus hombros y lo retuve en esa posición hasta venirme en un orgasmo, me quite de ahí y coloqué su pene humedecido en mi boca por unos minutos; mi compañera se puso de rodillas sobre la cama y él la penetro de espaldas tomando sus caderas iniciaron un movimiento acoplado, me acosté al otro lado de la cama e hice que ella metiera su lengua en mi vagina, los tres estábamos gozando en ese momento, sentí como ella se vino arremetida por su novio, cuando mordió mis labios vaginales, ella se movió hacia mi lado de la cama y cambiamos de lugar, igualmente arrodillada sobre la cama y besando su vulva, empecé a morder sus labios vaginales, mientras sentía como entraba y salía el duro miembro que recibía a mis espaldas, el chico aprovechó mi posición y lo metió en mi hueco trasero, como siempre al inicio sentí un poco de dolor pero luego el placer fue total, con su mano frotaba mi clítoris y metía sus dedos dentro de mi vulva, durante ese lapso de tiempo me llegaron dos orgasmos muy prolongados por el juego de sus dedos sobre mi sexo; no pare de jugar con la vulva que tenía en mi boca durante todo ese momento, cuando ella me tomo de mi cabello apretándome duramente contra su vagina y queriéndomela meter totalmente dentro de mi boca, sentí como su fluido venía a mi boca, mientras su cuerpo se retorcía de placer, fue un momento muy excitante gozar por todos mis lados y sentir el esperma caliente derramarse dentro de mi trasero.
Repetíamos estas reuniones una vez por mes, en dos ocasiones nos acompaño la persona que nos hacía entrar al bar libremente, cada vez los encuentros eran más calientes y más excitantes, pero nuevamente sentía un vacío en mi vida, gozaba mucho de estar sola o con algún acompañante de manera temporal, sin embargo quería sentir ese sentimiento que te provoca estar con alguien cada vez más a menudo, incluso estaba dispuesta a continuar teniendo reuniones entre parejas para seguir disfrutando del sexo. Por mi trabajo y las necesidades que se presentan en el día a día bajaba a la parte de producción con más frecuencia, todos en el lugar son hombres lo que hace que casi no los identifique más que uno que otro con quien hablo directamente; en su momento fui a la oficina de la persona que recibía y despachaba todos los materiales para producción a hacerle una consulta acerca de las medidas de unos rollos y del tiempo de respuesta del proveedor, me atendió muy cortésmente y me dio los datos con lujo de detalles, incluso me mostró una pantalla del sistema que podía usar para hacer consultas, estaba trabajando en un nuevo cliente por lo que repetí las visita por varias ocasiones, en algunos días iba a su oficina hasta dos y tres veces, empezamos a llevarnos bien y a veces nos salíamos del tema topando tópicos personales, era muy gracioso y ocurrido lo que hizo que entablemos una buena amistad, una amistad que se fue dando de manera sincera. Solía encontrarlo caminando a la hora de salida hacia su vehículo y un par de veces me acercó hasta mi parada de bus, cuando estaba sin uniforme se lo veía bastante varonil y atractivo, siempre muy caballero y comedido.
Un día en la inauguración de deportes fuimos todos quienes trabajamos en la empresa, tanto las personas de planta y el personal de administración, el programa duró casi toda la mañana y estuvo muy ameno, pasé toda la mañana con mi amiga de aventuras y otra chica más del departamento, luego de que nos sirvieron el almuerzo nos obsequiaron unas cervezas, que las tomamos al calor del sol de la mañana, los hombre en general se dedicaron a jugar futbol y otro grupo volley, para la hora del almuerzo muchos aparecieron bañados y vestidos de ropa casual; mi compañero de logística que muy comedidamente me había ayudado todos estos días apareció con un plato en la mano y una maleta al hombro, buscaba lugar para sentarse y le ofrecimos un lugar en medio de nosotras, lo que aceptó gustoso. Ya todos se iban retirando de la mesa y nos quedamos un pequeño grupo de cinco personas tomando las cervezas de cortesía, muy oportunas por la hora y el calor de medio día, fue un momento muy agradable por las bromas y el compañerismo que se vivía en el momento. Acabadas las cervezas nos dividimos el grupo en dos partes para encontrarnos en un lugar más céntrico para todos, no pasó ni media hora y nos encontramos en las afuera de una tiendita, al llegar el primer grupo ya tenía las bebidas a la mano y nos brindaron a los recién llegados, desde que nos encontramos hasta ya caída la tarde conversé con mi compañero de la fábrica, él que me había ayudado tanto en los últimos días; él estaba viviendo un inminente divorcio y yo le converse que estaba separada hacía mucho tiempo, pesé a que habíamos conversado muchas veces nunca topamos anteriormente ese tema, pero me pareció agradable conocer esa parte de su vida y que él conozca eso de mi; al llegar la noche me ofreció dejarme en mi casa y así lo hizo, el camino fue muy conversado y lleno de risas, al dejarme en mi puerta me quedó mirando y me pidió no me enoje por lo que iba a ser, al despedirse me dio un beso en la boca, para no desalentarlo y tampoco mostrar mucha facilidad le correspondí a medias.
Llegó el próximo fin de semana, me invitó a salir a un bar de unos amigos suyos, aceptando gustosa y ya con algo de interés también por la invitación; ya el día de la invitación llamó a mi extensión de teléfono y me pidió que lo espere un o dos cuadras afuera de la fábrica para evitar los chismes de pasillo, nos encontramos y me subí en su coche, me dijo que el bar era de unos amigos así que no había problema por la hora. La música sonaba a bajo volumen y las luces estaban encendidas a medias todavía no era la hora de abrir pero nosotros ya estábamos dentro, pedimos unas bebidas para conversar a gusto, le pregunté qué significaba el beso que me había dado el fin de semana anterior y sonriendo me pidió que entendiera el significado porque le daba recelo decírmelo con sus palabras, para intimidarlo un poco le pedí que me dijera porqué me había besado y sonriendo me dijo que le gustaba mucho y que mi forma de ser era muy divertida, muy agradable y que eso hacía que disfrute mucho de estar juntos, yo también expuse mi agrado por él por sus ocurrencias y también por el beso que me recibí de su parte, nos quedamos mirando y se acercó para darme un beso, correspondí a su deseo y compartimos el beso sellando el inicio de una relación, conversamos y reímos durante toda la tarde y noche, entre conversación y trago aprovechábamos para darnos besos interminables, ya caída la noche y el bar casi lleno hubo presentación de artistas que hicieron más agradable la velada. Ya éramos pareja, en los próximos días aprovechaba que estemos a solas y me tomaba de la mano, me enviaba mensaje de amor y tenía detalles muy lindos, una tarde ya casi a la hora de salir me invitó a que fuéramos a un lugar romántico y privado, sabía a que se refería pero le jugaba diciéndole que no sabía de que hablaba, así que se armó de valor y me pidió que este con él en intimidad.
Lo esperé a un par de calles y llegó de inmediato en su vehículo, estaba con ese nerviosismo propio de la primera cita y se puso a conversar de otras cosas fuera del tema, imagino que para que no me pudiera arrepentir, sin saber que tenía muchas ganas de estar con él; nos hicieron pasar la puerta de ingreso y pidió una habitación, abrieron la puerta y entramos al lugar; la habitación del motel era muy bonita muy arreglada con un juego de luces que permitían vivir el ambiente que uno quisiera; se acercó por atrás y puso sus manos en mi cintura, me susurró al oído si me gustaba la habitación y le exclame mi agrado; viró mi cara hacia atrás y me beso, sus manos tocaron la piel debajo de mi blusa y alcanzaron mis senos con prontitud, el beso fue interminable sentí de inmediato su entrega e hice lo mismo dejándome llevar, continuó a mis espaldas y desabrochó todos los botones de mi blusa y aflojó el cinturón que sujetaba mi falda, entre mis medias de nylon y mi calzón metió su mano tocando con la yema de sus dedos los labios de mi vulva, deslizo mis medias nylon hasta más abajo de mis nalgas y las tomó de lleno, disfrutándolas con sus caricias, me llevó hacia un sillón grande que había a un lado de la habitación y me hizo sentar sobre el mueble, aprovecho para quitarme toda prenda que hubiese en mi cuerpo y dejarme totalmente desnuda, él se sentó a mi lado y se quitó toda su ropa, tomo sus prendas y las mías y las dejó sobre una esquina de la cama, nuevamente me hizo parar y me puse mis tacones, me senté bien ubicada sobre la cabecera del sillón dejando mi vagina para un fácil acceso, se arrodillo en la alfombra que cubría el suelo de la habitación y abriendo mis piernas puso su boca lamiendo mi sexo con delirio, lo hacía tan bien, llevaba su lengua por todo el contorno de mi vagina y luego su boca colmaba toda mi cavidad, mis piernas las llevaba hacia arriba y metía toda su lengua además con sus dedos aprovechaba para acariciar la parte interna justo donde mayor placer me daba, me hizo sentar en el sillón y se colocó de pié metiendo su hermoso miembro en mi boca, luego me recostó en el asiento del sillón y se puso en la parte donde colgaba mi cabeza, metió todo hasta dentro de mi garganta, muy rico pero respiraba con dificultad, y me producía mucha saliva, el me beso y me pidió que traspase mi saliva a su boca, luego ponía su boca en mi cavidad y la depositaba dentro, repitió la dosis algunas veces y, aprovechando que estaba acostada lo metió en mi vulva, era una penetración por demás placentera y suave, la saliva que deposito deslizaba con tanta suavidad su miembro.
Estábamos en la cama, hacia el lado había un espejo inmenso que casi cubría la pared, me llevó con sus manos hacia el filo de la cama quedando frente al espejo, mientras estaba acostada al filo de la cama el ubicó una de mis piernas sobre su hombro y la otra quedó colgada hacia el piso, puso una de sus piernas sobre la cama y la otra lo mantuvo parado, y empezamos a gozar mirándonos al espejo, era tan visible que se podía ver como entraba y salía su pene de entre mis piernas, con sus manos aprovechaba para apretar mis pechos y mis pezones, esta vez recibí un orgasmo casi de inmediato y al sentirlo se movió con más rapidez y me metía lo más profundo que podía, estaba gozando de mi orgasmo y sus dedos se pusieron sobre mi clítoris y lo acariciaban, se metía la yema de sus dedos a la boca para humedecerlos y nuevamente los colocaba sobre mi clítoris, el orgasmo parecía no acabar y creo que se vino uno sobre otro porque la sensación no cesaba. Frente a la cama había una silla de Kamasutra, me pidió probar y me llevó, me inclinó en uno de sus extremos y me lo introdujo a mis espaldas, me tomaba de mis pechos y a ningún momento dejaba alguna de sus manos de acariciar mi cavidad; luego se recostó sobre la silla y abrió sus piernas dejando su miembro expuesto yo me senté sobre él metiéndomelo, inicié el movimiento poniendo mis manos sobre la cabecera de uno de los lados de la silla, me movía a placer y lo introducía en la medida que yo quería como tenía que doblar mis rodillas sentía como entraba hasta el fondo, mi vulva estaba completamente abierta, me decía que sentía mi carnosidad en los alrededores de su miembro, porque estuve totalmente cortado el vello y quedó muy bien para la ocasión. Él movía su pelvis de izquierda a derecha lo que me enloquecía hasta que me hizo llegar, como estaba encima controlé el orgasmo a placer, me miraba en el espejo que cubría la pared que rodeaba a la silla y disfrutaba de ver nuestros rostros extasiados por el placer y mirar su cuerpo debajo del mío, continué en la misma posición porque me dio mucho placer y nuevamente vino otro orgasmo, esta vez un grito de placer salió de mi, y el colocó una de sus manos detrás de mi cabeza entrelazando mis cabellos, esto me hizo sentir mejor todavía apretando mi cabeza sobre su mano dándome mucho placer lo vivido. No podía más con mis piernas las tuve inclinadas durante todo el tiempo, fuimos a la cama y metió su pene en mi boca, se ubicó a un lado de la cama y lo metía muy profundo, y nuevamente me besaba llevando mi saliva a su boca y disfrutándola, se acostó sobre mi y abrió mis piernas lo más posible para que su pene entrara, yo envolví su cintura con mis piernas y empecé a moverme un tanto torpe pero me lo metía, él se ponía de lado para poder besarme y acariciar mis senos y continuar el acto, el vaivén del amor; se recostó de lado pero sin sacarlo, y yo metí una de mis piernas entre su cintura y la cama y hallé una posición en la que yo me movía, él solamente impulsaba su cadera hacia adelante pero yo lo metía y lo sacaba a placer, fue increíble tuve una secuencia de orgasmos sin poder parar, pero me tuve que detener porque estaba completamente exhausta de tanto placer, entonces el volvió a colocarse encima y me derramo su semen en mi cavidad, debe haber tenido mucho tiempo sin actividad porque la colmó, pronto empezó a derramarse hacia mi hueco trasero, el tomó su dedo lo untó con esperma y me lo colocó en mi huequito.
Todas las semanas íbamos a un motel, él se acostumbró a mi y yo a él, nuestros encuentros cada vez eran más candentes había una pasión y un deseo casi indescriptible que nos volvíamos locos en nuestros encuentros, no teníamos medida cada uno se daba por entero para satisfacer los deseos del otro, jugábamos a excitarnos con los ojos vendados, con las manos amarradas, pero lo mejor de todo esto es que comenzamos a enamorarnos, a cada uno le gustaba la forma de ser del otro, cada vez necesitábamos más estar juntos, hablarnos, escribirnos.
La semana que había pasado estuve en mis días difíciles y no pudimos estar juntos en intimidad; recibí en mi correo el pedido de unas muestras para un nuevo cliente y la entrega era inmediata, hablé con todas las personas que hacen la parte de producción y proceso y solamente me faltaba saber el stock de material para hacer el trabajo, era casi la hora de almuerzo y baje donde mi querido a pedir ayuda, como siempre me brindó toda clase de explicaciones y quedé muy satisfecha por el resultado que podía ofrecer; mientras él escribía sentado en su escritorio me puse a sus espaldas y metí mis manos dentro de su camisa alcanzando su pecho, me tomó de las muñecas y se dio vuelta dándome un beso, me separé por lo que alguien pudiese estar cerca, me miró y me pidió tranquilidad indicándome que sus muchachos salieron a almorzar y que siempre se quedaba solo a esa hora, yo me mantenía nerviosa porque alguien pudiera entrar pero el conocedor de su lugar de trabajo estaba muy relajado y me miraba con deseo. Me arrimó contra su escritorio y me beso apasionadamente metiendo su lengua profundamente, mis nervios se fueron disipando y fui disfrutando delmomento y excitándome conforme corrían los minutos, me sentó sobre el escritorio y aflojo un par de botones de mi blusa para poder acariciar mis pechos con sus manos, subió mi falda y bajo mis pantis y mi calzón hasta mis tobillos, entonces me arrimé hacia atrás y abrí mis piernas lo mejor posible, él se arrodillo en el piso y empezó a lamer mi vagina y meter su lengua, los nervios hacían más excitante el momento y yo trataba de abrirme tanto que él pudiese gozar de mi vulva lo mejor posible, la gozó durante unos minutos y se incorporó en frente mío, su pene estaba muy duró y se podía ver una gran masa debajo de su pantalón, quería meterlo a mi boca así que de un salto me baje de su escritorio y saque su duro miembro de su pantalón me agache y me lo metía a la boca gozándolo rápidamente y acariciándole hasta sus bolas, nuevamente me sentó en el escritorio y dejó un de mis piernas totalmente libres, repitió su lamida a mi vulva dejándola completamente húmeda y alzo mis piernas, su endurecido pene fue entrando y llenando por completo mi cavidad, me dio un jalón dejando mis nalgas casi salidas del escritorio y expuestas para sus arremetidas, se empezó a mover rápido y lento a momentos, cuando me penetraba más profundo, el cosquilleo en mi joya era inmenso que a los pocos minutos de haberlo metido ya termine, él también continuo su rápido movimiento y se derramo dentro de mi vagina.
Pensamos en nuestra situación, nuestros encuentros son cada vez más frecuentes, nos hablábamos y enviábamos mensajes durante todo el día, así que nos decidimos a vivir juntos; estamos buscando un lugar donde quepamos todos y me encuentro muy feliz de haber encontrado a un hombre que llene mis expectativas y disfrute tanto vivir cada uno de mis días.
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