Tengo la edad suficiente para andar inmerso en el asfalto del viaje de regreso. Atravieso la ventana de la mirada hacia el agua-santa de los momentos pescados en la laguna. Flechas que marcaron el camino estacionados en los miedos. Vislumbro una marca en el cielo de los cables eléctricos. Me dicen que voy por buen camino.
Nubes en loto de mis pensamientos ancestrales retornan al sendero. De subida la calzada entre candilejas. Calvario en ascenso a mi infierno en ruinas. Rayos de arcos antiguos de vértigos.
Mangos caídos al golpe del fruto maduro del niño en el árbol estacionario. La esquina cruza la luz del campanario, fachada de plegarias virginal, cueva de velas apagadas, crepúsculo de sentimientos.
Atraviesa el meridiano el banco de la plaza de mi juventud. Reverso del tiempo. Mirada canina en la santa maría del ayer. No hay luz sino el incendio de los postes apagados de las calles en el intento de recorrer quien soy.
Alpargatas remendadas en la tierra descalza de mis pies. Atravieso con la mirada el árbol de la escuela en su sombra tardía.
Hastío acalorado de barracas consagradas en la bodega de la esquina.
La casa de la abuela a la vuelta mortuoria, impío constructor de tumbas, me sigue el perro rabioso entre las cruces del cementerio.
El corazón advierte sollozando el viaje escalonado del tiempo. Redime la sensación de dolor el vértigo de la desidia acuñada en el estómago. Amarga sensación refinada de los sentidos. Purgatorio de eventos. Este tránsito fortuito por el desasosiego.
Acicalar los sentimientos ceremoniales en la nostalgia. Bóveda de encuentros y despedidas….y despedidas… No te das cuenta, Amor! Mitigo la esperanza en la solapa del tiempo….tiempo….tiempo en las despedidas….despedidas….despedidas!
La tempestad sesgada por el hastío, cárcel de los recuerdos. Oh Amor! Mástil oblicuo, se inclina el asombro. Se fermentan las ganas. El ansia de palpar la carne, soy presa de tu amor.
OPINIONES Y COMENTARIOS