Deja de gritar auroras

Para este día de sol naciente

Que se convierte en herida

Para esta piel que se rompe

Como un tambor viejo y abandonado

Cansado de repicar redobles

De letras, de palabras y de versos

Con un poema que se hizo susurro

Y voz y latidos desgastados.

No vuelvas a escribir mediodías

En una piel blanca

Ni anticipes la noche en una piel morena

No vuelvas a hacer de ese pecho un desierto

Con tendones de arena

O espejismos de aguas estancadas

No

Hay que ser honestos

Y volver a la palabra inicial

Y desgastarla en la calle

Donde comienza la rabia

Antes de llegar al muro

Donde nos llevan de la mano

Como niños arrancados de la tierra

Para estrellar nuestras cabezas contra la frontera

¿Para qué volver a inventar la eternidad?

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