Y tras mi muro blindado, el presente siempre fugaz, condenado a convertirse una vez más en pasado, hambriento de existir eternamente, anhela ser futuro, aunque sea inapropiado y expoliado de un porvenir seguro, vuelve atrás por sí mismo adelantado, siendo un nuevo presente que ya es pasado y en ésta interminable guerra de tiempos desaprovechados, aprovecho tu recuerdo como alimento para mis entrañas, que más que hambre, te extrañan y te encierro en el almacén de mi sien, que golpea mi corazón y mi alma.

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