Cuando era niño mi padre me contaba historias y leyendas sacadas de viejos libros que había heredado de mi abuelo, eran historias interesantes y emocionantes, pero había una en especial que me llamaba mucho la atención, y más que ser una historia,era una especie de leyenda urbana que casi todos conocían, pero ignoraban por falta de interés, sin embargo había otro pequeño porcentaje de personas que llegaban a tal obsesión con la leyenda que se volvían locos buscando la tan presida puerta, la leyenda urbana es una historia un poco extensa, pero en definitiva, trata de un viejo herrero de la edad media, que se interesaba por la brujería y artes oscuras, un día creo una puerta de hierro y la instalo adentro de una cueva, donde a veces entrabanpersonas en busca de materiales como roca, hierro y todo tipo de metales, el problema ocurrió luego de que instalara la puerta, ya que las personas que entraban a la cueva nunca volvían a salir y simplemente desaparecían dentro de ella, cuando la iglesia se enteró de esto, condeno a muerte al viejo herrero y lo quemo en la hoguera.

Esta historia me apasionaba y la curiosidad me persiguió durante toda mi vida. Cuando fui adulto y tuve la oportunidad de viajar a Europa, no dude ni un segundo en aventurarme a buscar la famosa puerta, sabía que sería una tarea difícil, casi imposible, pero por fortuna existían foros en internet que se dedicaban a estudiar y analizar los escritos de la leyenda en busca de respuestas, la leyenda era demasiada rica en palabras y no escatimaba en dar muchos detalles de cada cosa que aparecía en la historia, lo cual facilitaba un poco las cosas, mi búsqueda era exhaustiva y cada día se encontraban nuevas cosas que ocultaba la historia.

Así pasaron 5 largos años de interminable búsqueda de pistas para dar con el paradero de la enigmática puerta, una noche como cualquier otra, estaba sentado en mi habitación frente al ordenador, buscando más información sobre la puerta, y encontré un extraño foro, bastante oculto y con los textos escritos en latín, al parecer eran personas que estaban tan obsesionadas con la puerta como yo, y al parecer ellos habían encontrado la respuesta, para mí no era ningún problema entender sus publicaciones ya que yo había aprendido el latín, solo para poder analizar los escritos originales de la leyenda, estaba muy contento por tener la locación exacta frente a mis ojos, pero también había advertencias bastante visibles diciendo que era peligroso, que no recomendaban ir a aquel sitio, que al parecer estaba en el centro de un frondoso bosque donde era muy fácil perderse, y donde la vida animal era abundante, al momento de leer eso sentí algo de miedo, y estuve bastante pensativo varios días, luego de pensarlo mucho decidí ir, pero antes de eso investigue todo lo posible del bosque, aprendí métodos de supervivencia, y lleve con migo provisiones para varios días, y por lo que podía ver en internet, la carretera más cercana a la cueva estaba a unos 200 kilómetros, lo cual eran algunos días de caminata, así que sabiendo eso me prepare bien y me salí en búsqueda de la puerta.

Rente un auto para no arriesgarme a dejar el mío tanto tiempo abandonado, y empezó el viaje, eran unas pocas horas de trayecto llegue a mi destino, ya que el bosque no estaba muy lejos de la ciudad donde me hospedaba, estacione cuidadosamente el automóvil y lo oculte entre algunos árboles para evitar que lo robaran y me dispuse a caminar, temía que podría cansarme rápido ya que mi mochila estaba bastante grande y pesada, pero eso no me detuvo para caminar y caminar.

Pasaron unas 3 horas desde que empecé mi caminata y había recorrido unos 15 kilómetros aproximadamente ya que recorría unos 5 kilómetros por hora al paso que llevaba, cuando de repente sentí varios estruendos, como si se quebraran ramas y hojas, eran 2 osos pardos que peleaban de forma violenta, yo entre en pánico y como pude me escondí entre las ramas para evitar ser visto, uno de los osos gano, y se retiró, dejando el cadáver del otro oso inerte en el suelo, esa experiencia me causo un gran susto y temor, estaba demasiado asustado para seguir caminando sin que los pies me temblaran, pensé en mil formas en las que podía morir de forma violenta por culpa de un animal salvaje, mas sin embargo seguí caminando durante horas y horas, parecía un robot que hacia todo de forma automática, cada paso era igual al anterior, y el silencio del bosque era ensordecedor, mientras pensaba en lo que se podría encontrar detrás de la puerta, me topé con una pequeña cabaña, construida de madera y bastante bonita, al parecer estaba abandonada, entonces decidí descansar ahí, igual ya casi era de noche entonces me dispuse a dormir en ella.

Al otro día me despierto, y me dispongo a seguir caminando, y así pasaron los días, sin ningún tipo de inconveniente, durmiendo en mi carpa, no hubieron lluvias y hiso buen tiempo en general, hasta que llegue a la entrada de la cueva, se veía bastante normal y eso si, bastante oscura y húmeda, me dispuse a encender mi potente linterna y a entrar en la cueva, era muy ancha y se extendía cuesta abajo donde luego de caminar 3 minutos, se llega a un lugar muy grande, donde terminaba la pequeña colina que formaban las rocas dentro de la misma cueva, y en el centro de esta gran caverna, una gran roca que la dividía y en esa gran roca una vieja puerta de hierro, que misteriosamente no se había oxidado, y que estaba en perfectas condiciones, en ese momento metí un grito de alegría y salte, incluso empecé a llorar, no podía creerlo, y salí corriendo hacia esa puerta, hasta que llegue a ella y la toque con mis manos, estaba fría, espere un poco para abrirla, tenía miedo, pero a la vez mucha curiosidad, era un sentimiento agridulce de saber que tal vez nunca volvería atrás, también me dio pánico pensar que todo hubiera sido un elaborado engaño, pero mi alegría y curiosidad me obligaron a abrir la puerta, la cual pude abrir sin ningún inconveniente, ya que estaba liviana, como si estuviera echa de plumas, y vi más allá de la puerta, en ese momento entendí porque todos desaparecían, inmediatamente se dibujó una sonrisa en mi rostro, y traspase la puerta para nunca volver.

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