– Mierda porque me cuesta poner en palabras qué es lo que siento en cada momento, y eso me preocupa muchas veces. sinceramente no tengo ni puta idea de nada. Quizás suene a locura, pero si, siento que soy una gran locura, y eso tan solo lo siento yo y nadie más. No me cabe ninguna duda de que me siento y me voy conociendo, pero no siempre logro escoger bien qué palabras me sirven mejor para expresarme, para explicar quién soy o cómo me siento; y eso me pone en un estado de alerta y tensión casi constante. Sin realmente desearlo ese estado hace que me cuestione a mi misma, y eso me hace daño. Así que cuando soy consciente de que me está pasando eso, lo que quiero hacer es: respirar profundamente y ya está, seguir.
No me miento cuando afirmo que mi cabeza es a veces un tenaz círculo de pensamientos. Tampoco me miento cuando siento que mi corazón se hace pequeño por miedo a ser demasiado grande. Yo sé que todo lo que digo, pienso y siento es verdadero, y que tan solo tiene un sentido si yo me lo creo. Porque al final mi realidad solo sale de mi, de quien me siento que soy.
Si soy sincera conmigo misma, sé que antes no podía más. Hasta me mareaba al pensar. Y ahora ya tengo claro que no quiero dejar que mi cabeza actúe como máximo representante de mi. Quiero que mi corazón viva de una manera natural y espontánea, no como un cable enganchado a mi cabeza mecánica, como sentí que era antes. Me digo a mi misma que tengo un corazón grande lleno de sentimientos que yo sé que están ahí siempre, solo los quiero vivir. Porque, ¿qué es la vida sin vivir las emociones y sin expresar nuestros sentimientos? Nada, créeme.
– Me creo.
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