1.Comimos tacos.

Fuimos a comer tacos una noche en la que el frió hacia de las suyas y a mi me permitía hacer de las mías, así que contra eso no tenía ninguna objeción porque me encantaba abrazarla y mientras me lo permitiera ese clima, era la persona más feliz del mundo.

Cuando caminábamos ella se detuvo a tratar de quitarse el “estorboso” abrigo que traía puesto, pero pronto se dio cuenta que tendría que soportarlo o congelarse de frió, apenas los hombros de la blusa y una parte de sus brazos estuvieron al desnudo, su piel se estremeció y se puso chinita, yo le admiraba la belleza repleta de ropa, en ese momento apareció en mi rostro una sonrisa pícara sin darme cuenta pero ella si se percató a lo que solo me vio y me pregunto en tono burlón ¿Qué miras? Seguido de una risa, una fina risa que me hizo estremecer aún más. En ese momento desee no estar en la calle sino en casa y quitarle todo ese montón de trapos que ocultaban ese bello cuerpo y poder tener esas curvas tan perfectas entre mis manos, saciarla de bellas caricias e interminables besos. Pero no. La mujercita tenía antojo de unos tacos, lo cual me cayo de sorpresa porque desde que la conocía jamás le había visto probar un solo gramo de grasa en exceso. Mas daba igual, solo la quería ver feliz así que salimos de casa a pesar del frió.

Acto seguido del intento, le acomode de nuevo el abrigo, le pase mi brazo por sus hombros, le bese la frente un par de veces y con tal delicadeza, absorbiendo el bello aroma que emanaba de su piel como si acariciase la más delicada rosa y quisiera retener su esencia en mí.

No deseaba estar en otro lugar más que a su lado y de su mano, mientras su amor no me faltase, la fuerza me la daba el poder seguir con ella y verla sonreír. Nada me faltaba.

Seguimos caminando, de vez en vez hacia pucheros como niña mimada, lo cual me gustaba porque sabia que era feliz a mi lado y nada me tenía más satisfecha que poder complacerla, porque ¿cómo no darle todo a la reina de mi corazón que todo se lo merece?, ¿cómo decirle que no a esos bellos ojos, con tal de ver esa sonrisa? un capricho no era nada para cumplírselo a la dueña de mis pensamientos.

Bajo los efectos del amor cabe mencionar que a uno se le va el hambre, lo cual es raro en mí, ya que soy de un estomago que no discrimina, pero pareciera que ahora de lo único que me alimentaba era de la admiración de esa belleza, de ese rostro, de esa sonrisa y esos bellos ojos café, teniendo la sensación de estar entre las nubes.

2.Finos rizos rubios.

¡Mírala! Es simplemente hermosa, de piel fina y blanca, con esos rizos rubios con los que me encantaba jugar y me ponía celosa cada vez que el aire intentaba jugarles algún cariño, de labios prominentes que cada vez que los miro me pierdo en sus encantos y quiero besarlos sin parar, de carácter fuerte y delicada sonrisa.

Ahora que lo recuerdo cuando la conocí me pareció ver una estrella fugaz, hermosa, libre y audaz, solo desee con todas las fuerzas de mi alma que esa estrella fugaz se quedara conmigo para siempre, me aferre a mi deseo, implore a un ser omnipotente que hasta ese día consideraba vano de sentido y sin objetivo alguno, que me permitiese estar con ella el tiempo que pudiese hacerla feliz porque si no nací para amarla entonces no entiendo porque vine a este mundo.

Puedo decir que por ella me volví poeta, le escribí incluso miles de poemas, cuentos, historias interminables tramadas en mi mente vividas en instantes, ahí acostada en la cama, sin animarme a ir en busca de su amor, imaginando como sería mi vida si ella estuviera conmigo y ahora que la tengo no lo puedo creer, no puedo creer que ella me ame y que este a mi lado, creo que deje pasar mucho tiempo que bien pude aprovechar como oportunidad pero también pienso que nunca es demasiado tarde para arriesgarme y jugármela por ese ser tan divino y perfecto.

Verla caminar desde lejos acercándose a mi con paso lento, seguro y con una sonrisa enorme en el rostro llena de felicidad y confianza, mientras ese cuerpo avanzaba contoneándose haciendo resaltar esas hermosas curvas que me hacían volverme loca, ver esa alegría y esperarla con los brazos abiertos porque sé que al final del camino ella estará para mí y ordenará mi mundo de nuevo sin que se lo pida ni se lo exija, solo porque se que me ama y con eso basta, para seguir viendo la luz solo necesito ver esos ojos café y esas mejillas sonrojándose ante mi ¡me sentía con super poderes! Sentía que podía volar si ella me miraba, me sentía invencible de su mano.

La amaba, ¡por Dios! La amaba, aun la sigo amando, pero ella ya no esta mas conmigo, eso es algo que contare mas adelante.

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