¡QUE DELICIOSO!
Tenía un novio fermoso
siempre subido a mi hombro
¡Hay que cariño me daba!
¡Que cariñoso!
¡Que cariñoso!
Se enroscaba y desenroscaba
con aquellos gestos sedosos
¡Que sensación deliciosa!
¡Hay que delicia!
¡Que delicioso!
Y en mi pecho se hundía
y buceaba… y buceaba
o trepaba por mi melena
y a mi frente se pegaba
¡Que sensación deliciosa!
¡Que deliciosa!
¡Que delicioso!
Y yo me dejaba enroscar
y se enroscaban las horas
y nunca acababan las olas
¡Que vida más deliciosa!
¡Hay que delicia!
¡Que delicioso!
¡Pero él era un pulpo!
¡y yo solo era sirena!
¡vaya pareja imposible!
¡Hay que penita!
¡Hay que penita!
¡Hay que grandísima pena!
¡Que pena un amor tan profundo
y tan imposible dilema!
¡Deliciosa paradoja!
¡Que pena más deliciosa!
¡Que delicioso poema!
y cuan tristes quedaron las olas…
Silvia Escario
OPINIONES Y COMENTARIOS