Fugaz.

La memoria del hombre tal cometa,

que se enciende en un instante y se pierde en la inmensidad de la nada,

nada como al final de nuestra existencia que venimos sin nada y así mismo nos vamos.

¿Héroe?, ¿Qué es un héroe?

el hombre que se levanta en armas y destruye a aquel que odia…

el hombre que piensa, medita, habla y actúa en defensa de lo que cree correcto y justo…

pero ¿qué es correcto y justo?

Cada hombre tiene su propia historia,

pero ninguno ve las cosas de la misma manera.

Si el sabio es aquel que habla con prudencia,

entonces es de insensatos hablar al calor de las emociones,

meditando en la palabra de vida, me doy cuenta que un héroe es el sabio,

que un hombre recto y justo solo es aquel que medita en la palabra,

¡oh pueblo de olvidos! ¡oh madre de rencores!

que heredas cometas de insensatez con estelas de odio.

¡Ay! -grita mi alma- grita mi humanidad caída,

pero yo, hija del león de Judá, no olvido su palabra,

se ha quien acudir en mi angustia,

se ha quien debo pedirle que vuelva a la memoria obras de paz,

no hay hombre en este suelo que sea justo ante Dios,

solo ese título lo puede dar el Creador.

Ignorancia precede a la juventud de hoy,

cadenas de odio, rencores y heridas es su legado,

pueblo que olvida las balanzas de la vida,

¿quién roba más?,

¿el que se pone en la silla de autoridad?…

¿el que espera la caída del que está en la silla cual buitre?…

¿el que es gris, solo para no salir de la fortaleza de riquezas de humo?…

¿el que entra con irreverencia y fuego?…

Fugaz como el cometa es el pueblo del olvido, con estelas de odio,

hoy es el viejo chacal,

mañana será el irreverente,

porque el pueblo no tiene memoria y los héroes no caben en su corazón.

Qué difícil es quedarse callado cuando la memoria se vuelve fugaz.

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