Un hombre fumaba en su escritorio
triste lloraba mirando su pretérito,
se acordó en el viejo consultorio
su día llegó… y se puso histérico.
Sólo le quedaba un postrer anochecer,
el quiso de nuevo mirar a la luna,
fue muy tarde para intentar retroceder,
para pretender regresar a la cuna.
El negó sonrisas por fríos argumentos,
pensó tanto que se le olvidó sentir,
fue su noche cubierta por lamentos,
en su último día no pudo sonreír.
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