Algo bueno venía

Algo bueno venía

Elia López

11/05/2018

Aún no había despertado del todo esa mañana.

Estaba abrazada a las sensaciones que albergaba y que la albergaban al mismo tiempo. Respirando. Regodeándose en todas esas maravillas gratuitas y espontaneas. Protegiéndolas. Disfrutándolas. Celebrándolas. Lo exprimía todo, lo respiraba instante a instante ¡No todos sus despertares eran así!

Todo era quietud, satisfacción y verdad, sin más, sin estímulo alguno, cuando fue consciente de un sutil aroma de talco y jabón que la sacudió levemente de esa pausa absoluta y la hizo saber que pronto iba a despertarse del todo y sobretodo que algo bueno venía.

Le apasionaban esos días en que una brisa aromática la sorprendía al despertar. Eran olores que reconocía entre sus favoritos y que, ciertamente, no se correspondían a nada real. No había nada que desprendiese olor a talco ni a jabón en su cuarto, pero ella lo sentía ¿lo evocaba? Le daba igual la explicación si es que la hubiese.

Esos olores en el amanecer del día siempre traían algo bueno.

Romero, crema solar, café recién molido, pan recién hecho… hoy talco y jabón. Abrió los ojos

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