Oh Eros y Afrodita se conjugan y conspiran contra mi aparente cordura falaz,

Oh deidades que confabulan con tu presencia contra mi razón,

Desdichada mi lógica con la emergencia de tu meliflua faz,

Oh serendipia providencial que me arremete con tesón.

¿Cómo llamar al ser que es a la vez capricho y necesidad?

¿Cómo llamarte si eres ponzoña y remedio para mi genio?

¿Cómo llamar al ánima que atormenta y a la vez mece mi necedad?

Cómo poder llamarte sino amor si eres cordura y locura en mi reino.

Pues, ¿qué eres? sino vida, haciendo tu gracia de mis carnes un mar bravío,

Qué pues, sino tirana siendo tu presencia esclavista de mi juicio,

Qué índole de maldición bendita que provoca bélicos tambores en mi pecho,

!Qué redención es esta que con disfraz de mujer hace pesar en mi semejante yugo¡

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