Por siempre jamás

I


-¿A dónde vas Britney? -preguntó Dalia-

Corrí a toda prisa, estaba a dos cuadras del hospital, pero llegaría, sé que lo haría. Mi corazón estaba muy agitado por la noticia y agregándole lo rápido que corría para llegar allí.

Entre por la puerta principal y como loca entre la multitud, buscaba a los padres de Marlon o a Charles, el mejor amigo de Marlon. Entre en shock total y solo recuerdo que todo empezó a tornarse borroso, mi cabeza daba vueltas y no recuerdo nada más.

***Tres horas antes***

-Dalia debemos prepararnos para la ceremonia de la graduación, solo faltan una pocas horas.

-Mando el último texto y empezamos a arreglar nuestras cosas -dijo Dalia-.

-Vale -exclamó Britney-.

Terminaba de hacerme los rizos en el pelo, cuando un mensaje llega a mi celular del mejor amigo de Marlon:

Estamos en el hospital Road, Marlon ha tenido un accidente.

Salí corriendo de casa, sin decirle a Dalia el porqué salí de esa forma, a lo lejos oía su voz gritar, ¿A dónde vas?

***

Desperté y dí un pequeño respiro, al abrir los ojos noté que estaba en una camilla y una enfermera me retiraba una intravenosa.

-¿Qué ocurre? -pregunte de forma alarmante-.

-Tenías el pulso muy agitado, llegaste sudando y de pronto te desmayaste, te colocamos medicamentos que te ayudarán a sentir mejor. Tu amiga Dalia venía tras de ti y de inmediato te atendimos -dijo la enfermera-.

-¿Dónde está Marlon? -grité, desesperadamente-. Me senté sobre la cama, lista para ponerme de pie, cuando mi madre entró por la puerta y dijo:

-Debes tranquilizarte Britney, Marlon está en cirugía, se encuentra en un estado muy delicado.

-Madre, ¿Cómo pasó? -exclamé muy asustada y con lágrimas en mis ojos-

-Iba en el auto de su madre, se suponía que pasaría por la lavandería a buscar el traje para la ceremonia de esta noche, y un conductor perdió los frenos y chocó contra Marlon. Pero él no fue el único herido, los que iban en el otro auto fallecieron en ese instante, un señor y su hija, con la misma edad de Marlon -explicó mamá-.

Al cabo de un rato estaba en la sala de espera de cirugías, aun esperando la salida del doctor que realizaba la operación de Marlon, Dalia me acompañaba y los padres de Marlon estaban sentados junto a nosotras.

Marlon y yo nos conocíamos desde segundo grado, de niños jugabamos juntos y nos compartimos secretos y anécdotas, si alguno hacía una travesura en la escuela, debíamos respaldarnos, nos convertimos en mejores amigos hasta que un día de san valentín en séptimo grado, una de nuestras compañeras se le declaró a Marlon y yo me puse bien celosa y le conté cómo me sentía, desde entonces nos hicimos novios y hasta ahora seguíamos juntos.

De pronto salió el doctor de cirugía, se quitaba el gorro quirúrgico y lo colocó en su bolsillo, los padres de Marlon se pusieron de pie y el doctor llevó su mano hasta el hombro del padre de Marlon y la dejó allí por unos quince segundos, mientras les decía cómo había resultado la operación. Para mi, el tiempo se paralizó, es como si todo se movía en cámara lenta, me quede sentada, inmóvil y sin palabras, un brote de lágrimas en los ojos de los padres de Marlon, su madre estaba histérica por lo que su esposo tuvo que acogerla en sus brazos y apretarla tan fuerte para poder tranquilizarla, mientras yo me eché de rodillas al piso, con las manos sobre mi rostro, intentando liberar todo el dolor que causaba en mi alma el hecho de perder a la persona que concretaba mi vida.

II


Dos años más tarde

¡Hola Marlon! se que puedes escucharme o más bien es lo que creo, hoy ya han pasado dos años desde que te fuiste y ¿sabes que?, te extraño como si fuese el primer día; Dejé de correr en las mañanas, supongo por ello tengo unas cuantas libras extras, eras tú el que siempre me presionaba o me despertaba bien temprano para poder pararme y hacerlo. La mayoría de nuestros amigos se marcharon de la ciudad, ya que iniciaron la universidad, Dalia logró entrar a Cambridge , hace ya unos meses que no nos vemos porque ha estado bien ocupada y no ha venido a la ciudad pero en fin, decidí esperar al próximo año para entrar, ya que he empezado a trabajar en la cafetería del viejo John para ayudar a mamá con los gastos de la casa y la vida cotidiana . Tus padres decidieron mudarse a las afueras de la ciudad para estar más cerca de tu hermana Carrie , ya que está estudiando allá y prefieren mantenerse más cerca y no perder el vinculo familiar. Solíamos comer juntos todos los domingos, por lo que ahora realmente los extraño.

Debes recordar que mi cumpleaños número veintiuno fue el mes pasado, mamá y yo partimos una torta y pues no pudimos disfrutarla muy bien, ya que tuvimos que salir al hospital por qué mamá no se sentía bien, descuida nada grave. Bueno… ya debo irme, hasta el próximo mes, quizás pasen cosas nuevas que contarte.

Y esto era lo que hacía, mes tras mes, me sentaba frente a la tumba de Marlon y le contaba todo lo que me pasaba, era lo único que podía hacer, lo único que me mantenía viva. No tenía hermanas o hermanos, mi padre era un patán, machista y borrachón que golpeaba a mi madre, se marchó cuando yo tenía dos años y desde entonces no sabía de él, mi mejor amiga Dalia se había ido, los padres de Marlon por igual, así que solo estábamos mi madre y yo, juntas luchando contra el mundo.


III


Era una mañana lluviosa de un viernes de Mayo y debia ponerme de pie, el señor John me dejó encargada la cafetería por ese día, debido a que tenía asuntos que atender, por lo que debía llegar temprano y organizar todo para cuando los ejecutivos del edificio de enfrente, fueran por sus cafés antes de entrar a trabajar. El señor John ha tenido esta cafetería durante más de dos década, fue la herencia de sus padres y desde entonces todas las personas de la zona iban allí a disfrutar del vetusto lugar que era maravillosamente acogedor y donde se preparaban los mejores cafés del área, a pesar de aún poseer el piso de madera antiguo, que de vez en cuando salía de él un leve rechín al pisar; el señor John quería mantener el espíritu y el ambiente tal cual sus padres le habían inculcado, ya que gracias a esa naturalidad y acogimiento, la clientela siempre se mantenía.

Estaba bien abatida después de esos minutos de precipitación con los ejecutivos y encima los clientes que llegaban y debía tomar sus pedidos a la mesa, después de que solo quedaba el viejo Carl en la mesa de siempre a la misma hora, empecé a limpiar y organizar el resto de las mesas, cuando de pronto entra un joven de unos seis pies de altura, pelo castaño y ojos claros, todo empapado por la fuerte lluvia que caía ese día, dejó su abrigo sobre el perchero y se acercó a la barra.

-Un café doble con crema, por favor -exclamó el joven apuesto-.

-Aquí tienes, que lo disfrutes -logre decir sin dejar de mirar la sencillez que parecia poseer aquel joven-.

-Muchas gracias señorita, tenga un feliz dia -dijo con una sonrisa-

Estaba agotada esa tarde, después de cerrar la cafetería decidí ir al parque, compré un helado y me senté en un banquillo que lucía viejo y un poco alejado de los demás, pero se encontraba debajo de un árbol alto y exuberante, rodeado de una flores bellísimas y sobre ellas paseaban una abejas bastante volátiles. Se derramó un poco del helado sobre mis jeans y para mi buena suerte me había quedado sin servilleta, cuando de repente en mi afán por limpiar mi actual desastre, alguien me extiende una servilleta, y rápidamente subo mi cabeza y digo muchas gracias, al mirar a la persona que hizo ese acto tan gentil…

-¿Tú? -logre decir tartamudeando un poco-.

-Excelente café esta mañana- exclamó el guapo joven que había entrado al café esta mañana-.

-¿Ah sí?, eh…Me alegra que te haya gustado. -dije-

-Si, estuvo exquisito- exclamó-

-Bueno, muchas gracias otra vez por la servilleta, debo irme -le dije, poniéndome de pie y marchándome- .

-Hasta luego -dijo aquel joven-.

IV

Unos pocos días después, como cada día, limpiaba la ventana de enfrente en la cafetería, y alcanzó a ver al joven de la tarde del parque, el mismo del café doble con crema, pero esta vez, no iba empapado y llevaba una camisa azul oscuro hasta las muñecas, un pantalón negro fino y unos zapatos negros muy elegantes, lucía muy guapo y pensé… Será que trabaja en frente, pero es que no lo había visto antes; se acercaba hacia el café, así que rápidamente me coloque tras la barra y parecer que no lo habia visto.

-Buenos días señorita -dijo el joven-.

-Buenos días, ¿Qué le ofrezco el dia de hoy? .

-¿Aún recuerdas mi último pedido? -preguntó-.

-Pues sí, café doble con crema -contesté-.

-Excelente -exclamó-, y ¿Cúal es tu nombre? -preguntó-.

-Soy Britney -le contesté-.

-Lindo nombre, yo soy Jack, mucho gusto.

-Si, igualmente -dije en voz baja-. Aquí tienes tu café -le dije- .

-Muchas gracias, feliz dia -dijo Jack-.

Y todos los días iba al café y hacia el mismo pedido, pero había algo que empezaba a ser distinto, y es que cada dia esperaba verlo, me gustaba lo cortés que era y además siempre me deseaba un feliz dia y siendo honesta realmente los tenía, que me ocurría, qué pasaba conmigo.

Últimamente Jack se tomaba el café en la cafetería, empezábamos a charlar y pasabamos momentos muy jocosos, hasta que un día me invitó a cenar, lo pensé por unos minutos pero acepté. Hacía mucho tiempo que no salía a compartir con nadie, mi vida era una rutina completamente, del trabajo a casa, en casa a descansar y al dia siguiente una vez más al trabajo.

-Paso por ti a las 8:00pm -dijo Jack-.

-Perfecto -dije con una sonrisa-.

Buscaba desorientada en mi closet una ropa que luciera apropiada para la ocasión, no sabia que ponerme, es la primera vez en muchos años que buscaba algo elegante para usar, así que decidí usar un vestido color vino que llegaba un poco más arriba de mis rodillas, cubría mis brazos hasta la muñeca, pero tenía un escote en la espalda que le daba un toque majestuoso, unos zapatos bajos y mi pelo recogido.

Jack estaba fuera de su auto, y al verme no pudo disimular lo atónito que estaba, muy cortésmente abrió la puerta, me extendió la mano y me ayudó a entrar al auto.

-Estas muy hermosa Britney -dijo con una hermosa sonrisa en el rostro-.

-Gracias -alcancé a decir-. Y pues háblame un poco mas de ti Jack, se que eres un nuevo secretario ejecutivo, que tu primer dia de trabajo no fue el mejor de todos, porque llegaste empapado -dije soltando una carcajada-.

-Y por qué no dices la mejor parte, y es que a pesar de que fue un desastre mi uniforme de esa mañana, tomé un riquísimo café que arregló mi dia por completo -dijiste mirándome directamente a los ojos-.

-Pues sí tienes razón – dije entre risas-.

Sentados esperando nuestras cenas, un silencio se apoderó de nuestro entorno, empecé a sentirme muy extraña y a cuestionarme por qué acepté la invitación, no debí haberlo hecho, cómo puedo hacerle esto a Marlon.

-¿Estas bien? -preguntó Jack-

-Si, estoy bien -conteste rápidamente-

-Esto es nuevo para mi Britney, hace tiempo que no… Y se detuvo unos segundos.

-¿Hace tiempo que no que, Jack? -pregunté-

-Qué no salía con alguien Britney -protestó-

-Pues yo tampoco y lo mejor es llevar esto más despacio, no me siento preparada para una relación -dije-

-Entiendo Britney -dijo Jack con cara de desolado-

V

Unos meses después, las cosas habían cambiado entre yo y Jack, yo no podía seguir intentándolo, sentía que traicionaba a Marlon, Jack me llamaba y no contestaba y cuando venía a la cafetería evitaba mantener largas conversaciones con él, o le pedía al señor John que lo atendiese por mí, cuando iba a mi casa, le pedía a mamá que mintiese y le dijera que no estaba allí.

Me había enamorado de Jack, pero no podía permitirme el conocerlo, bajo el inmenso dolor que me causaba pensar en Marlon, pero no podía quedarme sola toda la vida, al menos eso pensaba por momentos pero luego me derrumbaba.

Una noche salí a caminar cuando de pronto empezó a llover a cántaros, era imparable, no estaba muy lejos de casa pero no quería llegar aún, me sentía muy triste, seguí caminando bajo la fuerte lluvia y me dirigí al parque donde por segundo vez había visto a Jack, me senté en el mismo viejo banquillo y toda la lluvia caía sobre mí. El parque estaba solitario pero bien alumbrado, así que por unos segundos cerré mis ojos y lloré desde lo más profundo de mi ser, cuando escuché alguien gritar mi nombre.

-¡¡Britney!! -Era Jack, corría hasta mí-.

-¿ Qué haces aquí sola? tu madre está preocupada.

-No puedo seguir con esto -gritaba con lágrimas en los ojos-.

-¿De qué hablas Britney que ocurre? -dijo Jack-.

-Hace tres años mi novio murió en un accidente de auto y no puedo hacerle esto, no puedo conocerte y seguir queriendote Jack -gritó Britney-.

La lluvia se intensificó.

-¿Accidente? ¿Hace tres años? -preguntó Jack-

-Si, cerca del puente Bridge -dijo Britney-.

Jack no contuvo las lagrimas apesar de que era difícil diferenciarlas con la lluvia que caía, se tumbó sobre mis pies y me dijo, mi novia también murió en ese accidente iba junto a su padre cuando perdieron los frenos y todo se salió de control.

Britney quedó desconcertada, sin palabras, Jack se puso de pie.

-Britney eres la unica chica que ha despertado en mí, el deseo de superar esa tragedia, quiero amarte y que me ames, y se que Kristy lo querria de esa manera, al igual que tu novio, lo sé, debemos ser fuertes, esto no puede ser coincidencia el destino nos unió por alguna razón Britney, por favor quédate conmigo.

Una ola de confusión entró en mi cabeza, que era todo eso, no podia creerlo, pero asi era.

Me acerqué a Jack y coloqué mis manos sobre su rostros, lo observe durante unos minutos y le dije, lo siento mucho, de verdad lo siento. Me acerque un poquito más y nuestros latidos estaban a la par, besé sus labios lentamente y mis manos rodeaban su cuello.

-Te quiero, Jack.

-Te quiero, Britney.

Cuando nos marchabamos mire hacia el cielo, con los ojos cerrados susurré:

Por siempre te amaré, jamás te olvidare.

~M.K

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