El doctor me había dicho que me secara bien el área gentil, que la humedad, que la falta de ventilación, que usara boxers, que me lavara muy bien con jabón, que probablemente no era nada y que se me quitaría. Mientras alcanzo la barra de jabón para tallarme recuerdo que me quedé hasta la madrugada buscando fotografías de Jennifer Lawrence en yoga pants (Jennifer, no yo) que denotaran su camel toe. No las encontré. Después me pregunté qué se sentiría estar dentro de ella. Pinche doctor, ni siquiera vi que se lavara las manos antes de manipular mi espada viril, que en ese momento era más bien la ablandada funda de cuero de ésta. También se me ocurrió tomarle una foto a mi grano y subirla al perfil que acabo de abrir enAshleyMadison.com. No es mi culpa tener la piel tan sensible, especialmente la del tejido delgado que cubre mi pene. Ya me habían salido granos y cosas antes. Lo peor fue cuando regresé de Acapulco con un hongo moluscoso que, según me dijo el doctor (otro doctor, no el de las manos sucias) nadaban libremente en las costas y en las albercas guerrerenses. En ese entonces se generó una laceración justo debajo del glande, debajo de lo que parece la capucha del hongo. Estaba enrojecido y me dolía cuando se me paraba, cuando se restiraba la piel. En esa época, la de turno era S. Recuerdo que me lo chupó y me dolío. Puto molusco jodido. Me puse la crema que me sugirió el doctor de manos limpias y se me quitó. Pensar en el paladar de S. me había provocado, ahora, un gran erección. No me duele como con S. Doy gracias a Dios y a su santa cola. Ojalá funcione esa mierda de Ashley Madison y pronto esté remojando mi grano y proliferando pequeños granitos que se alojen en encías, paladares, rectos y trompas falopianas ajenas, obviamente. Ahora no me duele cuando se restira, me duele cuando me rasco, cosa que es (era) muy frecuente. Me encuentro ya vestido sin haberme secado bien. Al menos no mejor que de costumbre. Estimado/a Dino, Los/as siguientes mujeres se han registrado en la cercanía de su residencia ha AshleyMadison.com. ¿Ha? ¿qué querrán decir con esa “ha”? La primera participante, como concurso de citas, se hace llamar lovez4 (30 años, piscis, Ciudad de México) dice que es una mujer, mucho ojo, voluptuosa (punto a favor) y soltera que busca de hombres. En el tipo newsletter que recibo aparece su fotografía (toma cenital con lentes de secretaria de los 80, top rojo ajustado dejando ver su, era cierto, voluptuosidad, pantalones ajustados o leggings blancos) pero cuando le doy click y me lleva a dicho sitio maricón no aparece nada. Sospechoso. Un punto en contra. La participante número 2 es una chica, a simple vista, normal. Cabello castaño oscuro, lacio, echado para atrás y sostenido por las orejas. Está usando un collar como de amazona bastante ordinario. Hay algo en su mirada que, sutilmente, dice “te lo chupo pero no me los trago”. Meh… medio punto a favor. Se dice llamar Jessi_Vera, también tiene 30 años y vive en algún lugar misterioso llamado La Cañada. Cuando le pico a la foto me lleva, ahora sí, al perfil extendido con la misma foto. Punto a favor. Vaya, La Cañada está en Querétaro. Punto en contra. Como frase ha escrito “Just a small town girl living in a lonely world”. Google. Pff, Journey. Cinco puntos menos. ¡No mereces humedecer mi grano, Jessi!. La tercera y última participante de hoy es un gran ojo, rodeado de piel amarilla que no aparenta mucha vitalidad. Fiona_1845 tiene 35 años, es sagitario y vive en Villa Obregón. ¡Rediantres! ¿dónde mierdas queda eso? Punto en contra. Mide 1.57 y dice ser “nueva en esto”. No hay mucho que agregar de Fiona. La foto no muestra más que su ojo. Me aburre el puto concurso y decido no meterle crédito a mi jodida cuenta de AshleyMadison.com. Además dudo que todo esto sea verdadero. ¿Alguno de ustedes conoce a Lovez4, a Jessi, o Fiona? No. Seguro no. Vuelvo inmediatamente a buscar fotos de Jennifer Lawrence, ahora añado en la búsqueda nipples. Esperando que google muestre las afortunadas fotos de la tipa esta, cruzo mentalmente los dedos, al mismo tiempo en que me rasco los huevos (el dolor) pensando que mañana sí debo secarme bien.

Por Dino Graçias

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