
Lágrimas,
cual semillas, llenan los surcos que rechazan recibirlas.
Sangre
de inocentes es absorbida por la tierra ya empapada del dolor de las
víctimas.
Y
el derrotero de los años prosigue su marcha…
Aquí,
hombres, mujeres y niños, bogan por los mares en busca de costas
tranquilas.
Allí,
el estrépito tramar de las armas, cubren el hambre de sus fláccidos
cuerpos.
Y
el derrotero de los años prosigue su marcha…
Allá,
el sanguinario poder de los terroristas, diezman con sus atrocidades,
la esencia de la humanidad.
Un
poco más lejos, gritos de pánico proliferan como hongos, en busca
de la pradera, hoy pintada de rojo.
Y
el derrotero de los años prosigue su marcha…
El
viejo, cansado y moribundo dos mil veinticinco, balbucea sus
estertores antes de la partida.
El
nuevo, dos mil veintiséis, lleno de ínfulas de grandeza, propio de
los engreídos, trae quizás, bajo su manto, la bandera de la Paz.
Y
el derrotero de los años prosigue su marcha…
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*Registrado/Safecreative
N°1512035941634
*Imagen
de la WEB
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