Su orgullo se desmoronó, la montaña se resquebrajo en cientos de fragmentos; moronas de polvo volaron por el viento, el dolor brotó a borbotones, se abrió la tierra, el llanto comenzó, un torbellino de golpeteos a lo inanimado.
La coraza de abrió, la lava surgió candente, arrasó con todo a su paso, lo destruyó para reconstruir con más orden y bonito.
Llegó la paz, la ira se fue, y el flujo de la naturaleza entró en él.
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