Escribía con la luz mortecina de una lámpara que había comprado en el mercadillo , la tinta le teñía el borde del dedo índice , la esquela de un color mantequilla delicado con pequeñas flores rosas pastel y una colorida mariposa en la orilla contraria . La letra se elevaba en delicados trazos de perfecta caligrafía que formaban adornadas frases .
Ya era la cuarta carta que escribía , relataba en ella los principales eventos ocurridos desde su partida; la muerte de la abuela, el accidente de su padre, intercalando sus sentimientos de añoranza, y de profundo y apasionado amor , caía un par de lágrimas desde su mejilla, que alcanzaban el borde de la esquela , se enjugaba el llanto con la manga de la camisa de algodón y entre sollozos apagados y apretando los dientes volvía a las narraciones.
– y fijate que Marisel al fin se casó con Gustavo, van a vivir en Madrid , y Mario ya entró a la Universidad , como predijiste estudiara Leyes ¿ como estás amor ?
– En la Ferretería encontré el mueble que te había gustado , lo he comprado, lijado y pintado, para que cuando vuelvas, instales tus libros de filosofía tan preciados .¿ también me extrañas como lo hago yo?
– Imagínate mi sorpresa , Marcela sale con tu hermano Felipe , son encantadores ambos , se ven muy bien juntos ¿ cuando regresas cariño ?
La luz cada vez mas tenue, el viento golpeando sin piedad contra el árbol que rasguña la ventana , un trueno a lo lejos , un rayo que ilumina el fondo de la calle .
– Acá ya se asoma el invierno amor , hace mucho frío . La lluvia se desata y se sobresalta , cruza mas la bata y se estremece . Una gota de tinta ha dejado una huella en la parte final de la hoja como una laguna , decide que cambiará la hoja y ésta nueva esquela de un color beige cubierta enteramente de sutiles margaritas pequeñas , que tiene delineado el marco en dorado con esquinas curvas . Parte con otro encabezado :
Valencia 23 de Junio 1994
– Hola Mauricio, mi amor . A continuación va contando todo de nuevo, con un suave movimiento que delinea cada letra perfectamente y la acaba con un espiral o redondez . La lluvia se intensifica repicando en la ventana y el techo . Mira su reloj de pulsera con un óvalo pequeño y punteros de oro , son las once menos diez . Acomoda la pulsera dorada y tejida en oro, suavemente sobre su muñeca delicada y blanca . Toma el envase de perfume y se atomiza sobre el cuello y el pecho, tomando algo de distancia también lanza una nueva spray sobre la carta , teniendo cuidado de no dar con lo ya escrito .luego se toca el pecho , un latido rápido y una presión distinta le embarga cuando reanuda la carta .
– ¿ Vas a volver? ¿ tengo que esperarte o ya no ? .Escribir aquello termina de quebrarla , se le caen los hombros y suelta la pluma , la inundan unos sollozos intensos y un mar de lágrimas comienza a caer por su rostro , un dolor sordo se le instala entre el borde de las costillas que no le deja casi respirar .La lluvia parece coordinarse con sus sollozos , y por fin se tira hacia atrás en la silla , la oscuridad cada vez es mayor . Se levanta y apoya levemente la frente en el frío ventanal , mira hacia la calle, la lluvia espesa se refleja junto al farol , no hay nadie afuera, revisa nuevamente su reloj, las doce menos cuarto . Vuelve al escritorio, toma el sobre tan delicadamente escrito . Termina la carta con un :
– hasta pronto amor, ya nos veremos . Un último suspiro y la dobla cuidadosamente , la mete en el sobre , en ese preciso instante estallan afuera los truenos , cierra los ojos un instante , como si la fuerza de aquellos truenos traspasara aquellas sentidas palabras , una lágrima intenta derramarse , pero solo nubla la vista.
Se acomoda por tercera ve la bata , cruzándola como un abrazo , arregla el escritorio, de modo que cada cosa regresa a su lugar , mira hacia afuera como una despedida ,toma el sobre en sus manos , desliza un dedo por sobre el dorso donde esta su nombre , lo lee y relee mentalmente como una letanía, como invocando a su espíritu , apaga la mezquina lámpara que apenas alumbra , y se va a su habitación, afuera el clima aún es inclemente , verifica su reloj , la una, doce minutos , regresa sombre sus pasos, para cerciorarse que todo está bien , abajo el conserje recibe un telegrama .
– Lamentamos informar que don Mauricio Betancourt ha sufrido un accidente el dia 22 de junio , pronto a llegar a Valencia. Éste figura como su último lugar de residencia , se ruega a Ud. Informar sobre éste evento desafortunado a María Ignacia Menadier Constanzo , que se registra como su contacto para emergencias, adjunto fono para más detalles.
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