Por: Diaz Rojas Renzo, Diaz Sangay Davis, García Bueno Deivi George
“En escuelas de formación militar en Perú, el 29% de estudiantes de la Escuela Militar de Chorrillos reportó haber sido agredido” (Defensoría del Pueblo, 2019, párr. 2); dato que lo vemos reflejado en la novela La Ciudad y los Perros, escrita por Mario Vargas Llosa, nacido en Arequipa el 28 de marzo de 1936. Hasta la actualidad, reconocido por sus aportes revolucionarios a la literatura latinoamericana y su crítica social. La novela analizada fue publicada el 23 de agosto de 1963 en Barcelona, España; fue escrita en español, ha sido reconocida internacionalmente con el Premio Biblioteca Breve (1962) y el Premio de la Crítica (1963); logrando posicionarse como obra fundamental de la literatura peruana moderna y siendo traducida a más de veinte idiomas. Al respecto, consideramos que el premio Nobel, a través de su novela expone la violencia en la formación militar; además, muestra cómo el poder y la represión emocional forzada imponen una identidad masculina hegemónica.
Un primer aspecto es la violencia: “Las manos del Jaguar vinieron hacia él como dos bólidos blancos y se incrustaron en las solapas de su sacón, que se cubrió de arrugas” (Vargas Llosa, 2003, p. 5). La cita muestra que la violencia genera relaciones sociales jerárquicas, estableciendo quién tiene poder, la cual es fundamental para que la violencia funcione como sistema; esta realidad se sigue observando en la actualidad, en donde hay reportes de agresiones en estas instituciones militares, las cuales forman profesionales que en muchos casos agreden a la población que sale a protestar, son reprimidas con violencia, sin tener consideración por los derechos que reclaman; es por ello que, a nuestro parecer el narrador permite identificar sistemas de dominación que reflejan estructuras reales en instituciones cerradas, tales como colegios militares u otras instancias de formación, marcando la normalización de la violencia; en este caso la novela invita a la reflexión sobre alternativas humanísticas que pueden adoptarse en la formación de adolescentes jóvenes, es por ello importante poder identificar, cómo pueden las instituciones imponer disciplina sin recurrir a la violencia; en este mismo contexto algunos críticos, como Cultura Genial (2023) indica “De este modo, encama la virilidad autoritaria, el poder sustentado en el miedo y la lógica de “matar o morir” que impera en el colegio y, por extensión, en la sociedad peruana” (párr. 14), relaciona la violencia con la que se forma en estas instituciones con la que se vive en la sociedad peruana, siendo un claro ejemplo la que ejerce la policía contra la ciudadanía en intervenciones o protestas, por lo tanto, ¿qué reforma se puede adoptar en el sistema militar para no recurrir al uso de violencia y así evitar lesiones o muerte a la población que solo reclama sus derechos y justicia al gobierno?
Un segundo aspecto abordado en la novela es la represión emocional: “No oyó nada. Volvió a su cama y lloró, tapándose la boca con las dos manos” (Vargas Llosa, 2003, p. 6). En este hecho se evidencia que la represión emocional es un mecanismo de la disciplina militar, la cual revela la prohibición implícita de expresar emociones en el ambiente militar; es por esto que consideramos que esta cita expone la represión emocional, se obliga a los jóvenes a negar su vulnerabilidad para ajustarse al ideal del “cadete fuerte», esto se sigue viviendo en la actualidad, ya que está mal visto el mostrar nuestras emociones, en donde se tilda como personas de cristal a las que muestran un rechazo a este sistema de represión; en la novela hay un repudio a la represión de emociones al evidenciar cómo la institución castiga cualquier muestra de sensibilidad. ¿Cómo afecta emocionalmente a los adolescentes crecer en instituciones donde mostrar sentimientos es considerado sinónimo de debilidad o motivo de humillación?; siguiendo este contexto hay críticos, como Delgado del Águila (2019) que indican que “En La ciudad y los perros, hay ciertas normas que se asignan en el Colegio Militar Leoncio Prado para que los personajes sean percibidos como hombres de verdad (principalmente, disciplinados y temerarios)” (p. 175), el autor mencionado realiza una crítica como las normas del colegio reprimen las emociones de los estudiantes, así creando una personalidad distorsionada, esta educación es antipedagógica, ya que forma jóvenes sin identidad, para solo seguir las reglas impuestas, entonces, ¿de qué manera podría transformarse la educación militar para que los adolescentes desarrollen disciplina y autenticidad emocional sin sacrificar su humanidad?
Un tercer aspecto es la identidad masculina hegemónica “Y lo que importa en el Ejército es ser bien macho, tener unos huevos de acero” (Vargas Llosa, 2003, p.9). Esta novela explica cómo el machismo es un principio estructural del colegio militar. Ser “macho” significa asumir conductas de dureza, represión emocional y autoridad incuestionable, según esto sostenemos que esta cita evidencia cómo el sistema se alinea a una masculinidad errónea, actualmente se evidencia que en centros de formación militar del Perú se han registrado casos de discriminación y agresiones hacia quienes no encajan; en consecuencia la novela rechaza la imposición de un modelo erróneo de masculinidad que limita la identidad de los jóvenes, al respecto es necesario reflexionar sobre consecuencias tiene imponer un modelo único de masculinidad en la formación de adolescentes que aún construyen su identidad. En este sentido algunos críticos, como Krause (2006) opina que “en La ciudad y los perros se observan situaciones machistas constantes, como humillación, violencia y autoritarismo” (p. 45), a partir de ello, el crítico hace énfasis en cómo el sistema militar fomenta un machismo sustentado en dominio, agresividad y represión emocional, normalizando la humillación y la violencia en la vida cotidiana del Colegio Militar. A nuestro punto de vista, la perpetuación de estos modelos de masculinidad tóxica limita el desarrollo emocional de los jóvenes, porque no logran construir una identidad y personalidad única que los diferencie de otras personas; por ello, nos preguntamos, ¿cómo pueden reformar las instituciones educativas y militares para deconstruir modelos tóxicos de masculinidad?
En síntesis, La ciudad y los Perros denuncia que la violencia y la represión emocional forzada imponen una identidad hegemónica en la formación militar, al evidenciar cómo las instituciones militares normalizan la agresividad, la humillación y el autoritarismo como mecanismos de control. A través de los argumentos desarrollados, se evidencia que la violencia se traduce en represión física y emocional, generando la negación de vínculos humanos auténticos bajo sistemas autoritarios cerrados. Por lo anterior, se recomienda la lectura crítica de esta obra, para advertir que la violencia institucional no debe considerarse una educación adecuada, sino como un mecanismo de opresión que perpetúa ciclos de daño psicológico en generaciones futuras, invitando así a la reflexión sobre reformas estructurales que permitan transformar estas instituciones hacia modelos educativos humanísticos y respetuosos de la dignidad integral de los jóvenes.

Referencias
Cultura Genial. (2023). La ciudad y los perros: resumen y análisis de la novela. https://www.culturagenial.com/es/la-ciudad-y-los-perros/
Delgado del Águila, J. M. (2019). El causante de la violencia (dominante): el Jaguar de La ciudad y los perros (1963) de Mario Vargas Llosa. La Ventana, 6(49), 143-182. https://philarchive.org/rec/AGUECD-6
Krause, E. (2006). El machismo, la discriminación social y racial, y el abuso sexual en tres novelas del escritor peruano Mario Vargas Llosa: La ciudad y los perros, La casa verde, y Pantaleón y las visitadoras [Tesis de maestría, Montclair State University]. ProQuest Dissertations and Theses Global. https://digitalcommons.montclair.edu/etd/1184
Vargas Llosa, M. (2003). La ciudad y los perros. Biblioteca de Bolsillo. https://www.guao.org/sites/default/files/biblioteca/La%20ciudad%20y%20los%20perros%20Vargas%20LLosa.pdf
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