Si mañana fuera el día que yo querría que fuera,

abriría la ventana, y en el tumulto de voces,

encontraría la tuya extraña.

Hoy vives en el horizonte

y yo soy el que está mirando, su raya perfecta.

Espero que mi dignidad te avergüence,

pero no me des esta libertad condicional diaria,

que me lleva a ti.

Ojalá que se me quite, el deseo de saltar de tus evocaciones, 

al final del día.

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