El abrazo derretido

Hoy intenté abrazar al sol para agradecerle su brillo… y bueno, me quedé sin brazo izquierdo. Pero no importa, porque Kristoff me lo volvió a pegar con nieve fresca. ¡Qué amable! Creo que mañana probaré con un abrazo más cortito.

El copo aventurero

Encontré un copo de nieve que cayó en mi nariz. Le pregunté si quería conocer Arendelle y dijo que sí (o eso creí; no habló mucho). Lo llevé a pasear, pero desapareció en el aire. Supongo que se cansó. ¡Viajar es agotador para los copos!

 La zanahoria tímida

Mi nariz se escondió esta mañana. Literalmente salió corriendo. La encontré detrás de un cubo con zanahorias asustadas. Les dije que no quería comérmelas, ¡solo oler flores! Volvió conmigo, aunque ahora sospecha de los conejos.

 Una nube personal

Elsa me regaló una pequeña nube para que no me derrita en verano. Pero la nube es tan cariñosa que no se va de encima de mí. A veces llueve y me crecen carámbanos en los codos, lo cual es incómodo… aunque muy elegante.

El misterio del copito perdido

Anoche me faltaba un copo en la panza. Pensé que era grave, pero luego descubrí que Sven lo había tomado “prestado” porque brillaba bonito. Se lo devolví, pero le prometí que le haré uno propio. ¡Todos merecen un copito especial!

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