Poema para los Maestros del Eulogio
JOSE E DIAZ.
En este cierre de año que hoy nos reúne,
se alza un gracias profundo que el corazón sostiene.
Gracias, maestros, por cada jornada entregada,
por cada desvelo, por cada palabra sembrada.
Ustedes, segundos padres en cada mañana,
cuidaron sueños tiernos con paciencia temprana.
Con esfuerzo y empeño guiaron cada paso,
mostraron que el saber también se da en un abrazo.
En las aulas del Eulogio brilló su luz sincera,
la que transforma vidas y abre puertas nuevas.
Son artesanos del alma, sembradores de esperanza,
los que convierten dudas en ganas y confianza.
Hoy la comunidad entera se inclina con respeto,
porque su labor es siembra que perdura en el tiempo.
Que Dios bendiga al maestro, su misión y su aliento,
y renueve cada día la pasión en su esfuerzo.
Gracias por ser camino, por enseñar con esmero,
por hacer del aprendizaje un acto verdadero.
Que este año que termina encuentre su recompensa
en la gratitud de tantos que aprendieron de su esencia.
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