14 de noviembre de 1969 – El día en que el hombre volvió a mirar al cielo

I. El suceso

A las once y veintidós de la mañana, desde Cabo Cañaveral, un rugido partió el silencio.

El Apollo 12 se elevó entre llamas y viento, llevando a bordo tres hombres y la esperanza de toda una especie que aún no sabe qué busca cuando mira hacia arriba.

Era la segunda vez que el hombre se lanzaba al vacío para caminar sobre la luna.

Y, sin embargo, aquel ascenso no fue solo un viaje espacial: fue una repetición del primer intento de tocar lo imposible.

En medio de los truenos, el cielo se volvió espejo y el tiempo, testigo.

II. La reflexión del hombre

Ningún reloj marcó el instante exacto en que la humanidad cruzó de la fe a la arrogancia.

Creímos conquistar el universo, pero lo único que alcanzamos fue otra medida del tiempo.

El viaje del Apollo 12 no fue una conquista, sino una pregunta lanzada al vacío:

¿cuánto tiempo se necesita para entender que no somos eternos?

El hombre no miró la luna: se miró a sí mismo reflejado en ella.

Y en su reflejo vio lo que nunca quiso aceptar: que la grandeza no está en llegar lejos, sino en comprender el instante que se habita.

Cada paso sobre el polvo lunar fue una huella sobre la conciencia.

El silencio del espacio no respondió.

Solo repitió, en voz baja: “Sigan buscando.”

III. El Tiempo habla

“Yo estaba allí,” murmura el Tiempo.

“Vi el fuego levantar al hombre por segunda vez.

Vi cómo creyó dominarme, medir mis distancias, calcular mis pulsos.

Y lo dejé hacerlo, porque toda ilusión necesita su minuto.”

“Pero cuando el silencio lo envolvió allá arriba, entendió que no había viajado hacia el futuro, sino hacia adentro.

Porque cada estrella es un espejo, y cada órbita, una pregunta que regresa.”

IV. Cierre

El Apollo 12 aterrizó.

Los hombres volvieron a casa, y la Tierra los recibió como héroes.

Pero el cielo —ese testigo inmóvil— siguió igual.

Porque el tiempo no celebra los viajes: los observa.

Y sabe que todo lo que asciende, algún día deberá regresar a su hora exacta.

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Por LuFer

Del proyecto literario “El Blog del Tiempo” – Reflexiones sobre los días que nos miran desde el pasado.

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