Y sentímoslo nuestro…
Completamente nuestro…
¡Oh el cálido abrigo nuestro….!
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Donde esa soledad ya no era ese amargo motivo…
Donde ese pesar… ¡ya no era nuestro eterno enemigo!
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¡Y entonces sonreísteis conmigo!
¡Y sentisteis mi amor!
¡Y sentimos el hechizo…!
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Donde el amor tocaba al mágico principio…
Donde el amor… hízonos su tierno recorrido…
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