Para ti, mi amada Sara
Hace tiempo que no escribo,
y aun así, mi mente y mi corazón no han dejado de crear miles de relatos y poemas cuando se trata de ti.
Cada palabra que intento plasmar nace de la ternura que me inspiras,
de la calma que encuentro en tu mirada,
y del refugio que se ha vuelto tu amor en medio de mis días.
Eres mi gran amor,
la dueña absoluta de mi corazón,
la mujer que le dio sentido a mis pasos,
mi esposa, mi compañera,
la madre de nuestros hijos y el alma que completa la mía.
Han pasado cuatro años desde que nuestras vidas se unieron,
cuatro años en los que he aprendido que la felicidad no se busca,
se construye, día a día, contigo.
A veces pienso en todo lo que hemos vivido,
en las risas, las lágrimas, las noches de silencio y los abrazos que curan sin tocarnos…
Y entonces entiendo que amar no es sólo decir “te amo”,
sino quedarse, cuidar, esperar, y volver a elegirte,
una y otra vez, aunque la vida cambie.
Sara, tú eres mi historia favorita,
mi pensamiento constante,
la melodía que suena incluso cuando hay silencio.
Gracias por ser mi paz,
por convertir lo cotidiano en eterno,
y por recordarme que el amor verdadero no se grita:
se demuestra en cada pequeño gesto,
en cada mirada que se queda,
en cada suspiro que lleva tu nombre.
Si la vida me diera mil caminos,
en todos, sin dudarlo, volvería a encontrarte.
Te amo Sara, te amo hoy y siempre mi gordita 🤍
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