Escape para no morir, y seguir poder respirar.

Me escondía bajo un techo, con seres a mi alrededor.

Escondía lo que sentía, porque los sentimientos no importaban.

Una voz en mi cabeza decía: «vete.»

¡Ya no puedes!

¡Es hora de dejarlo todo!

Es mejor ahora que puedas.

Mi alma insistía un día más, con lágrimas y miedo.

Podemos, aún no es hora.

Ambas, en una jaula, peleaban.

Una creyendo que no debía, la otra con miedo luchando.

Viendo y esperando, con lágrimas.

¿Quién ganará?, ¿A quién haré caso?

Dormía y al despertar seguían,

Hoy ambas aún discuten, cada día.

Aún no sé qué debo hacer, oh a quién hacerle caso.

Sin embargo, aquella voz, es la que más lucha por dejarlo todo de lado.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS