La mano rozó su mejilla levemente; su corazón se sintió a gusto y cálido; los ojos se encontraron y uno de ellos saltó con un guiño de coqueteo, sin misterio alguno, pero sí, con un poco de vergüenza en los cachetes. Semi sonríe; es para aclarar que la está pasando bien, que se divierte entre experimentos de expresión corporal, solo para conseguir lo que quiere. 

De la nada, relaja los labios, la cabeza se inclina un poco a la izquierda y concentra todo un pensamiento de amor genuino; endereza la cabeza, da un suspiro, con su dedo anular acaricia suavemente su frente, vuelve a su postura base.

¿Te preguntas qué fue lo anterior?

Era ella, frente a su espejo, reconociéndose a sí misma. 

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS