Repentinamente sonríes y tu sonrisa incita,
a mis labios y a mis ojos a sonreír.
Y te miro y nos miramos mientras,
el tiempo y los porque dejan de existir.
Hablamos bajito y nos oímos,
nos presentimos, nos respiramos.
Todo nos importa incluso,
una hoja seca cayendo desde un árbol.
Y te importo tanto que me siento privilegiado,
el centro de tu mundo y de tu vida.
Y tu para mi eres el ombligo de mi existencia,
la raíz, las ramas, las flores y las hojas verdes de mi todo.
OPINIONES Y COMENTARIOS