“El teléfono celular”
José E. Díaz F.
Llegaste como un rayo inesperado,
rompiendo el silencio de los días,
pequeño dios de luz entre mis manos,
promesa de unión… y de agonía.
Por ti hablo, río y me consuelo,
por ti conozco mundos y verdades,
mas también, en tu espejo sin cielo,
pierdo el alma en falsas realidades.
Eres puente y también frontera,
eco de amor y sombra fría,
dependiendo de cómo se te quiera,
das vida… o la vacías.
¡Oh ! Aparato que todo lo sabes,
me das compañía, y me la quitas,
porque al mirar tu brillo interminable,
he muerto en vida… sin darme cuenta.
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