El inicio es lo que grita en boca ajena.
El inicio de lo bueno lo anuncia el prójimo.
Terminé, dice la imprudente,
como sí saliera de una buen orgasmo.
Terminé, dice la inculta,
como sí no hubiera escrito Neuronas Mal Paridas.
Terminé, dice la hijueputa,
como sí no tuviera letras en fila.
Termine mejor en un funeral, Mente desagradecida.
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