Apagas la luz,
sueltas un cansado suspiro,
cierras los ojos y…
Los recuerdos se apoderan de tu piel,
sollozos, miradas profundas y silencios, se vuelven reales.
Luchas contra ellos,
no quieres sentirte así,
furico pides el olvido,
pero en silencio llamas al deseo.
ya no puedes tocarla,
ni rozarle los impulsos,
ya no puedes encender sus sinapsis.
Y aún así, te sigues sintiendo dentro de ella.
Addis Désirée.
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