Un adiós es suficiente

Era el último fósforo de la caja

Y el susurro del viento hizo temblar la llama.

El silencioso adiós de la memoria también intentó soplarla

Ya no hay palabras y… lágrimas… para qué.

El silencio se apodera del tiempo

Lo convierte en un fardo de recuerdos

Fotografías flotando en el agua.

Todo lo vivido se adhiere al alma como escamas.

Todo se adhiere al alma que no vacía sus bolsillos.

La verdad más certera es que esto sucedería.

Lo sabías, lo sabemos y lo sé desde siempre

a pesar de negarlo, de cubrirlo al cerrar los parpados.

Que no mueran flores, ni se pudran…

Un adiós es suficiente.

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