Solo se aceptan buenas noticias

Solo se aceptan buenas noticias

Daniel Sachi

15/10/2025

“Si nadie trae problemas a tu oficina, preocúpate: o no los ven, o ya no creen que los escucharás.”

Bienvenidos sean los problemas, no solo las buenas noticias

Soy un ferviente creyente en eso de aprender de los errores, y quizá por eso cometí tantos en mi vida laboral.

Pero uno de los más notables fue tratar de evitar las malas noticias dentro de mis funciones.

Hubo un tiempo en que, como gerente de Organización y Sistemas, tenía sobre mi cabeza un cartel que decía:

“Esta es la oficina de Organización y Sistemas.
La de milagros se ha mudado de edificio.”

Me parecía ingenioso.

Los visitantes lo leían, sonreían y hasta soltaban alguna broma.

Pero con el tiempo noté algo sutil: mis colegas se mostraban reticentes a pedir cosas nuevas.

Casi todos empezaban con un titubeo:

No sé si esto podría considerarse un milagro, pero tengo un problema y necesito…

Fue entonces cuando entendí que ese cartel, tan simpático para mí, generaba un bloqueo emocional en los demás.

Les recordaba que sus problemas podrían ser recibidos con fastidio, o peor aún, con resignación.

Claro, ellos no tenían por qué saber lo complejo que podía ser resolver lo que pedían. Mi función no era juzgar la dificultad del problema, sino buscar caminos posibles para solucionarlo.

Así que bajé el cartel.

Del sarcasmo al aprendizaje

Tiempo después, intenté otro enfoque.

Empecé a repetir una frase que me parecía práctica y formadora:

“Si me traes un problema, tráeme también la solución que imaginas.”

La intención era buena.

Quería que mi oficina no fuera un depósito de quejas, sino un espacio donde florecieran las ideas y se transformaran en buenas noticias.

Pero pronto descubrí otro efecto colateral: muchos no se animaban a proponer soluciones, por temor a equivocarse o porque pensaban que “no era su rol”.

El remedio había sido, otra vez, una barrera.

La tercera fue la vencida

Entonces cambié mi enfoque —y esta vez para siempre—.

Hoy sigo usando una frase que se volvió mi mantra profesional:

“¡Bienvenidos sean los problemas, porque nos dan la oportunidad de mejorar!”

Crear una cultura donde los problemas se acepten como oportunidades no es sencillo. Cuesta horrores.

Hay mucho miedo de ser visto como “el que siempre trae problemas”.

Y aunque ya no haya carteles ni frases intimidantes, los filtros internos siguen funcionando: la gente calla por miedo al ridículo, a la crítica o al simple “no te metas”.

El líder también debe cambiar

El primer paso para revertir esto es convencerse uno mismo.

Si el líder no cree genuinamente que los problemas son el punto de partida del aprendizaje, el resto del equipo lo percibirá de inmediato.

Una de las transformaciones culturales más fallidas que presencié fue la de un líder que se negó a cambiarse a sí mismo.

Tenía el mejor plan, los recursos, la estructura… pero su ego era un muro.

Su equipo, por imitación o miedo, lo siguió en la inercia.

Todo el proceso fracasó.

El liderazgo no se impone: se contagia o se bloquea.

De las jinetas al equipo

También es esencial evitar que el cargo pese más que las ideas.

Las jerarquías pueden ordenar, pero nunca deben sofocar.

Instalar una cultura donde cada problema sea visto como una oportunidad de mejora compartida requiere comunicación constante, transparencia y humildad.

Hay que escuchar más y juzgar menos, aceptar que las mejores ideas pueden venir desde cualquier escritorio, taller o pasillo.

Y sobre todo, mostrar que uno también se equivoca.

La transparencia no se declama: se practica.

Cuando la organización entera juega al mismo juego

El cambio cultural se completa cuando toda la línea de mando adopta el mismo comportamiento.

Que un líder escuche no basta: hay que lograr que cada supervisor, coordinador o jefe haga lo mismo.

Solo así los problemas fluyen sin miedo ni filtro, y se convierten en motor de mejora.

Cuando eso ocurre, resolver problemas se vuelve un deporte colectivo.

Y el líder ya no necesita poner carteles, porque la organización entera juega en el mismo equipo.

Como decía Albert Einstein:

“En medio de la dificultad yace la oportunidad.”

Y en el mundo empresarial, los problemas no son piedras en el camino; son los peldaños para subir más alto.

Servicios relacionados

  • Diagnóstico Organizacional
  • Gestión del cambio organizacional
  • Coaching personal o grupal
  • Capacitación en competencias
  • Diseño e implementación de mentorías

Otros links interesantes

  • Visite nuestro blog con nuevas notas cada semana
  • Videos instructivos en nuestro canal de youtube
  • Actualizaciones, novedades y mucho más

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS