Breve descripción del hombre de tinta

No
tenia razón de ser y aun así contaba con una forma poco agraciada,
parecía una bestia de tinta, pero era todo lo contrario a bestia. El
cúmulo de palabras tenia un control total sobre los idiomas, un
manejo magistral sobre los caracteres, que decir de dicha bestia, si
hasta se expresaba como si todavía viviera en los primeros teatros
griegos. Pese al miedo que le teníamos en un inicio a este engendro
que parecía ser tosco, su uso complejo del lenguaje nos aterro,
quizás por ignorancia o quizás por miedo a no entenderlo, pero pese
a nuestro notable temor dicha bestia nos supo proteger y cautivar a
su manera, nos consolaba con las palabras más hermosas, aquel ser
contaba con un alma critica y analítica, tal era su eficacia que
recurríamos a el para resolver disputas absurdas, era demasiado
polifacético, variaba a conveniencia de las personas, aunque
trataba de engancharla a los más temerosos con sus historias,
todavía quedaba algunos muchachos que renegaban con menosprecio su
compañía. Siendo franco no entendí porque rechazaban su amistad,
quizás se repelían por las temáticas de sus relatos, porque de sus
labios también salían las historias más fantasiosas y originales
que pudieron haber existido, eran historias divertidas, magnificas,
emotivas, pero también contaba con relatos aburridos, extraños e
incluso con obras horribles. La bestia de tinta, aunque imponente no
mostraba peligro alguno, solo se quedaba en un rincón acumulando
polvo cuando decidíamos ignorala, pero cuando queríamos ver
maravillas y nos acercábamos lo más que podíamos, aquella bestia
de tinta se compadecía y nos enseñaba miles de maravillas. No
conocíamos su origen, tampoco queríamos saberlo, ninguno se animaba
a hacer la mortal pregunta, hasta que un buen día el señor Palacio
se le acerco a preguntarle el motivo de su existencia. Aquel montón
de tinta no respondió, no porque desconociera su propósito, sino
porque su objetivo contaba con la peculiaridad de ser solo una puerta
a un lugar mejor, su única meta era ser un lugar feliz.