¿Qué pasaría si tuvieses un oráculo?

Algo «mágico» o místico, como quieras llamarlo.

Algo que te diera respuesta certera a eso que siempre te has preguntado, eso que sientes que no se ha cerrado.

Algo capaz de dispersar esas dudas, algo capaz de dar un «sí» o un «no» definitivo a una pregunta concreta.

¿Querrías preguntar?

¿Querrías saber la verdad? ese final.

Creo en lo místico, en las energías y en elementos u objetos que nos dan pistas o posibles respuestas a una pregunta o a una situación que nos inquieta, pero a veces me da miedo preguntar.

¿Te atreverías a preguntar y a obtener esa respuesta?

Quizá algo que no te esperabas.

Una respuesta que no te gusta.

Una respuesta que mata o da esperanza.

¿Qué preguntarías?

Quizá quieres preguntar por ese trabajo soñado.

A lo mejor quieres preguntar si vas a tener más dinero.

Puede que quieras saber como seguir, o como proceder.

Es posible que quieras saber cosas más específicas.

¿me compraré esa casa?

¿aprobaré el examen?

¿seré yo el primero?

¿me tengo que quedar o simplemente coger un vuelo y empezar de cero?

¿Se ha terminado aquí una etapa?

¿me tengo que alejar de esa persona?

¿volveré a ver alguna vez a esa persona que amé y que nunca cerró ese ciclo que se debió de haber cerrado?

¿volveré a sentir eso que sentí una vez en el pasado, ese amor incondicional por una persona que tenga a mi lado?

¿Por qué mi mente me juega malas pasadas y repite en bucle momentos buenos y malos?

¿Encontraré a alguien que me quiera y me proteja?

Qué preguntas tan concretas, y qué respuestas tan tajantes serían aquellas que contestan.

No sé tu, pero hay ciertas cosas que yo no me atrevo a preguntar, quizá porque quiero seguir teniendo esperanza, eso que dicen que es lo último que se pierde.

Quizá, aunque haya pasado un tiempo, días, semanas, meses o años, quizá… aún tenga esa chispa de esperanza para bien o para mal.

Mientras otras personas siguen con sus vidas, tu sientes la necesidad de preguntar que pasó, que me pasa y que pasará.

Un oráculo, una piedra o un amuleto que vibra fuerte en tu mano.

Algo que puede volver a abrir una llaga, una herida que parecía cerrada.

Algo que busca en el miedo una respuesta.

Algo que puede remover por dentro eso que parecía «ordenado».

Por otro lado, también puedes pensar que quizá sea bueno saber la respuesta para avanzar y dejar atrás algo que no pasará, porque no debe, porque te hará mal o porque simplemente no está destinado a ser parte de tu futuro.

Sin preguntar, a lo mejor intuimos la respuesta.

Quizá si debo coger ese avión.

Mi etapa aquí se acabó.

Seré la primera y siempre lo intentaré.

Y no, no lo volveré a ver, ni a conocer eso que sentí alguna vez por él.

Creo que, sea como sea, no le preguntaré.

Estoy segura de que irá bien, de que seguiré con mi vida avanzando día a día dando un paso y otro hasta que cada paso se convierta en un año, en parte de un futuro incierto lleno de esperanza y miedo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS