Se termina convirtiendo en una llama moribunda
que no alumbra, solo quema y quema tan lento y profundo que solo yo puedo sufrir de ella.
Y no salen palabras que expliquen el ardor asquerosamente dulce que deja en mi paladar, cuando sale en susurro estúpido e infantil que solo logran incomodar
Y la llama es tan grande que no deja espacio para algo más,
robando así la causa de vida de tantos sueños y ambiciones de verdad.
Un sueño es también el mayor deseo de morir,
el peor castigo que se otorga es la envidia y muerte de ilusiones talladas entre lágrimas sin fin.
Hay un miedo tan profundo que se enrreda dentro de mi
y es vivir poco a poco cargando la culpa de no estar allí.
Me duele tener tanta rabio y odio, cuando yo no soy así
las desgracias son peores porque la culpa recae en mi.
Añorando igual que adicto la vida del que está frente a mi, riendo y sonriendo a los sueños que un día imaginé para mí.
Que desgracia que la ambición y el sueño sea más grande que yo,
no hay peor enemigo que mirarme en el espejo
ser la causa de mi desdicha y jueza de mi rencor.
Cuanto deseo con mi alma nunca haberlo conocido, nada bueno dejó, solo desgracia, olvido, vergüenza y humillación,
pero quien me vea como idiota soñando por un poco de amor.
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