El silencio es una cruda advertencia cuando las palabras cruzan tajantes con la mirada, no es el silencio de gozó y compañia, sino de duda y desesperanza. La voz se apaga, el desgano vence y la realidad es absurda, no dudo de ella, dudo de querer vivirla. El momento de amar y permitir, hasta apagarte. Ver por el espejo tu rostro sin reconocerte, sin querer seguir ni parar.
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