Aleteaba como un colibrí, volaba con la habilidad de un pingüino.
Un huraño al que le aterraba la soledad, pero no dejaba entrar a nadie en su burbuja. La cerradura; oxidada… ¿Qué sucedería si un día se rompiese la llave en el cerrojo?
Esa situación no era factible, seguro que harías una ventana y terminarías por huir.
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