¿Por qué te marchas, amor, si mi pecho
guarda el calor de tu voz, ese aliento
que habitó mi alma como un techo,
y ahora es solo un recuerdo, un lamento?

Me dices adiós sin razón, sin un motivo,
y el eco de tus palabras me persigue.
No me dejes, llévame contigo, lo pido,
porque este adiós es la soledad que me aflige.

En el vacío de tu ausencia, me hundo,
este amor que te ofrezco no encuentra puerto.
Es un sol sin calor, una flor sin mundo,
un corazón que palpita, pero que está muerto.

– cams

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS