Unos ojos marrones me cautivaron.
Con su cabello liso, me condenó.
Sus labios me provocan desvelos.
Una mirada que petrifica.
Su figura me cautiva, y me produce excitación.
Su sonrisa derrite este corazón de hielo.
Ella como muchas, pero a la vez única.
No puedo verla, porque sería pecado.
Quiero alejarme de ella, pero ¿cómo podría, si mi alma la sigue queriendo?
Miro a alguien más, y solo la veo a ella.
Pienso en alguien más, y solo ella termina en mi mente.
No puedo mentirme, diciendo que no quiero nada con ella. Sí, es lo que más quiero cada segundo.
Eres una obsesión, de esas que se vuelven droga.
La mariguana que me relaja, con su presencia.
La estrella que solía mirar, cada noche.
Y yo, tu veneno, para destruir tu realidad.
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