PUENTE AVELLANEDA

    Buenos Aires, diciembre de 2001. 

    El Puente Pueyrredón hervía de gritos y banderas.

    La policía avanzó como una marea oscura. 

    Entre gases y estampidos, vi caer a Darío, vi a Maxi arrastrado por manos desesperadas. 

    Corrí con una botella de agua que no alcanzó para salvar a nadie. 

    El pavimento ardía y la ciudad parecía tragarse su propio dolor. Esa noche, en el barrio, no hablamos: escuchamos. 

    El eco de las balas seguía golpeando las paredes como un corazón herido. Y entendí que en esta ciudad, a veces, la 

    sangre escribe lo que la historia quisiera borrar, pero el pueblo recuerda

Autor: Leonardo Carreira

Alias: El Costero

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS