Sentado en la oscuridad viendo a la nada, simplemente escuchando los susurros de la amada noche siendo deslumbrado por la hermosa luz de la luna, se encuentra un extraño ser sentado a mi lado ofreciendo un poco de tabaco, “sé que no estoy solo” dije en voz alta pero así se siente, dime ¿qué hay más allá de este plano? Pregunté sin pensarlo esperando una respuesta de ese extraño pero aclamado ser.
Muerte ¿eres tú? ¿has venido por mí? Si es así espera, aún no me quiero ir no he cumplido mi meta y aún, mi amada me espera y quiero protegerla de este mundo que se desangra en sus ruinas, siento como el viento desgarra el mismo cielo que no para de sangrar por culpa de este mundo que no tiene piedad, los mismos ríos transportan tristes susurros y oscuros lamentos.
En los ojos de mi amada encuentro la esperanza que he anhelado, dime amiga muerte ¿acaso te he fallado? Si mi tiempo ha llegado, me reusó a tomarlo lo siento, pero quiero estar mucho más tiempo a su lado, amada mía, entre cenizas y tumbas abiertas mi corazón te nombra, como si Dios hubiera dejado en mi pecho un eco divino imposible de callar. Le pregunto al infinito con voz rota si acaso el Creador, en su misterio, permite que dos almas heridas se encuentren más allá de la carne, mas allá del polvo que regresa al polvo.
Amada mía, siento que estoy quedando loco, pero a tu lado esa locura se transforma en amor y ese amor busca y necesita de tu ayuda, estoy tan loco que cada día me enamoro más de ti… ¿puedes curarme o aceptarías acompañarme en esta locura? Se que mi muerte llegara, pero también puede esperar al menos hasta que tu y yo tengamos ese cierre espiritual.
Muerte, querida amiga, dime ¿Acaso eres un puente o solo el triste final? Si has venido a buscarme, primero déjame mirar sus ojos una vez más, porque en ellos veo el hermoso final del cual nunca me voy a quejar, pero muerte si me escuchas te ofrezco un trato, toma mi tiempo, pero no mi memoria deja que mi corazón siga latiendo por ella, por su sonrisa que es capaz de pasar y destruir la oscuridad, por sus manos que con solo poder sentir su tacto recupero la cordura y el amor por esa alma tan pura.
Te doy mi miedo, mi furia y mi dolor, pero no mi memoria eso jamás, te doy mi espíritu desgarrado por este mundo en ruinas, pero no permitas que mi amor se extinga. Si quieres arrastrarme a tu silencio, hazlo solo cuando mi amada ya no necesite de la luz que aún puedo darle.
Si aceptas mi desafío, permíteme amarla hasta el último suspiro, hasta que los cielos se quiebren y el polvo regrese a su origen, hasta que Dios mismo me llame a su lado y me entregue a tu brazo final, pero no antes de que ella sepa que mi alma nunca la dejará de buscarla, ni siquiera aún más allá de lo que la muerte pueda mostrar. Ni siquiera la muerte podrá borrar el camino que mi alma ha trazado hacia la suya. Y si la muerte me lleva, que lo haga sabiendo que mi alma ya encontró su eternidad en sus ojos.
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