Aprender a costa de morir

No se por qué tuve que aprender asi, como si la vida me odiara, como si todo lo que me toca tuviera que doler hasta dejarme sin aire. No me dieron espacio para crecer despacio, tuve que madurar a golpes, a empujones, a base de heridas que ni siquiera cicatrizan. Mientras otros descubren el mundo con pasos sencillos, yo tuve que arrastrarme entre ruinas para entender lo que significa vivir. Siento que me arrancaron la niñez, que me arrebataron la adolescencia y me dejaron con una mente vieja atrapada en un cuerpo joven. pienso demasiado, siento demasiado, y ya no encajo con los que todavia creen que la vida es un juego. Yo ya no juego, no puedo. Me pesa todo lo que vivi, como si llevara un costal de piedras invisible que nadie mas nota, pero que me aplasta cada dia un poco mas.

Cada leccion me costo caro. No hubo advertencias suaves, no hubo señales tiernas. Todo fue brutal, directo, como un golpe en el estomago que me dejaba doblado, sin entender nada. Y cuando al fin lograba levantarme, venia otra sacudida peor, como si el universo me dijera que solo asi puedo aprender. ¿Y aprender qué? ¿A sobrevivir? ¿A no confiar? ¿A endurecerme hasta que ya no quede nada blando en mi?

Me arde pensar que lo que otros descubren en un suspiro yo lo descubro en un grito. Que lo que otros aprenden con calma yo lo aprendo destrozándome. He llorado en silencio tantas veces que ya ni me sorprende sentir la garganta cerrada, el pecho apretado, el cuerpo cansado sin haber hecho nada. Es un cansancio del alma, un agotamiento que no tiene descanso.

Y por eso siento que maduré demasiado rapido. Ya no pienso como alguien de mi edad, pienso como alguien que ya se cansó de esperar milagros. Hablo distinto, camino distinto, y a veces hasta me miran raro, como si no entendieran por qué parezco tan viejo en mi forma de mirar el mundo. Pero cómo no, si lo perdí todo antes de tenerlo. No quiero seguir siendo ese que solo aprende cuando ya no hay nada que salvar. No quiero depender del dolor para abrir los ojos. Quiero aprender de lo minimo, de lo pequeño, de una palabra, de una mirada, de un silencio. Pero no se si todavía puedo. Porque siento que ya crucé un limite del que no hay regreso, que me endurecí demasiado, que lo unico que me mantiene de pie es esa desesperacion de no volver a caer. Al final no se si esto es fortaleza o condena. Solo sé que cada dia cargo con lo que nadie ve, y que si sigo aprendiendo a golpes, algun dia no voy a poder levantarme. Y eso es lo que mas miedo me da, no caer… sino no tener fuerzas para volver a ponerme de pie y aun asi sigo porque no puedo darme el lujo de quedarme tirado, porque si lo hago, se acaba todo. Y aunque esté destrozado, todavía me muevo… y mientras me mueva no estoy acabado. Aunque me arrastre, aunque todo pese, sigo. Y seguir es lo único que me queda.