
Ella salió corriendo delante de mí como siempre, rumbo al montecito que
comenzaba a pocos metros de casa. Eran pasadas las seis, el sol ya
había comenzado su labor, pero por lo visto no con muchas ganas,
aquí y allí pícaras nubecillas conseguían entorpecer el camino
hacia nuestro pequeño mundo. Estaba un poco fresco pero con la
caminata entraría en calor. Estas caminatas matinales tenían una
doble finalidad, para Zina, mi perra, eran indispensables, y para mí
saludable.
Zina,con sus tres años recién cumplidos,
había llegado a su máxima estatura: setenta cm.; sus treinta y ocho
kilitos no le molestaban para subir y bajar entre los arbustos y
piedras cuando se sentía en completa libertad. Pertenece a la raza °
Akita °, oriunda del Japón; es hija y nieta de campeones; resulta
interesante leer su certificado de pedigrí, pues los nombres de sus
abuelos, maternos y paternos, son difíciles de pronunciar.
Cuentan en los escritos sobre la historia de esta raza, que en tiempos
pasados, se los utilizaban en dos clases de trabajos bien definidos:
uno era el cuidado de los niños, a los cuales se los dejaban en las
casas, cuando los padres salían por las mañanas a trabajar el
campo, bajo la custodia de un par de estos guardianes; el otro era
salir acompañando al cazador de osos; caminaban delante de él
buscando la presa, al encontrar al buscado ejemplar se dividían y
avanzaban uno a cada lado del susodicho, mientras uno realizaba toda
clase de piruetas para distraerlo el otro lentamente se acercaba y en
el momento preciso saltaba directamente al cuello, cerraba su quijada
y lo mantenía inactivo hasta la llegada del cazador.
El sol no conseguía templar la mañana, la brisa que llegaba esquivando
los arbustos, mantenía la sensación térmica en unos pocos grados
encima del cero.
Esas eran las mañanas de mi preferencia.
La visibilidad era casi insuperable, permitiendo extender la visión
hacia mucho más allá de donde terminaba la reserva natural. La
montaña vecina parecía una gran mesa preparada para albergar a un
centenar de comensales, la razón de esta comparación provenía,
seguramente, de los olores y aromas que llenaban todo el ambiente.
Los yuyos, hierbas, árboles, arbustos esparcidos por doquier, la
naturaleza estaba entonces en su apogeo, todos sus exponentes habían
dicho en aquel momento: ¡presente!
Una bandada de teros
apareció de sorpresa, quizás estaban esperándonos. Dieron una y
otra vuelta sobre nuestras cabezas y luego aterrizaron a escasos
metros, un poco después de las rocas apiladas que separaban el
terreno en amplias terrazas; muy posible que aquellas rocas estaban
allí desde la época de los romanos o quizás antes.

Me senté en mi piedra preferida y acostumbrada. Noté algo interesante,
a derecha e izquierda del grupo, a unos diez o quince metros de cada
lado se apostaron dos de ellos, centinelas tal vez, auscultando el
cielo como previniendo algo. Al rato, el de la izquierda, levantó
repentinamente vuelo, haciendo un ruido estruendoso con un traqueteo
infernal… a los segundos todos hicieron lo propio respondiendo al
unísono la llamada de atención.
Al aparecer el dúo de
cuervos, nuestros amigos ya estaban a varios cientos de metros allí
en el cielo. La yunta descendió para posarse exactamente donde hacía
unos segundos estuvieron los teros. Husmearon, olfatearon y al no
encontrar nada interesante, levantaron campamento y así como
aparecieron así desaparecieron, quizás a causa de los amagos de
poca simpatía que les brindó Zina, quien aparentando un poco de
orgullo, dio vuelta su cabeza y me mostró, así me pareció, una
sonrisa de triunfo.
El tiempo, amigo y a veces enemigo, no
se detenía… mirando el reloj decidí darme la vuelta. Así lo hice
saber a mi compañera, lentamente gozando de cada instante,
comenzamos la retirada.
Allí quedó ella, la naturaleza,
junto a todos sus componentes. Allí nos aguardará hasta el día
siguiente, para nuevamente reencontrarnos y pasar una hora
amena.
Hasta entonces.…
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Nota
del Autor:
Mi
fiel compañera, Zina, partió ya hace tiempo, a su morada final.
En
su recuerdo comparto esta
vivencia.
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*Registrado/Safecreative
N°0912165124326
*Imágenes de mi autoría
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