Soy un alma vieja.
Una mujer salvaje que se sentía libre bailando bajo la luna llena.
Leía las estrellas, sentía las tristezas y las penas de los demás.
Hablaba con los animales, con los mares y con la niebla.
El aire me traía secretos provenientes de otras tierras.
Conocía los ciclos de la naturaleza como la palma de mi mano.
Mientras el tiempo vuela, destapa los recuerdos y algo dentro de mi empieza a despertar.
Como un mapa la vida me va dejando huellas.
Huellas que debo de transitar, que por mucho que quisiera no puedo ignorar.
Los sueños cada vez son más realidad.
Ya no hay venda con la cual pueda tapar mis ojos.
Fantasias llaman algunos porque viven bajo un tupido velo que no les deja despertar.
Quizás siempre estuve al otro lado de las brumas.
Quizás soy guardiana que custodia la inocencia de los demás.
Tal vez nunca fui de esta tierra, tal vez siempre estuve en este lugar.
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