Tu proceso no es castigo, es preparación

Tu proceso no es castigo, es preparación

Kurt Bendfeldt

05/08/2025

Cuando la vida se torna cuesta arriba, es común pensar que estamos pagando algo. Que lo que vivimos es un castigo, una consecuencia, una especie de deuda emocional o espiritual. Y esa idea —dolorosa y solitaria— termina por quebrar lo poco de fe que queda.

Pero quiero decirte algo que tal vez necesitás recordar hoy: tu proceso no es un castigo… es preparación.

No estás siendo castigada. Estás siendo formada. Pulida. Fortalecida. A veces, los momentos más duros no llegan para destruirte, sino para enseñarte a sostener el peso de lo que viene. Porque Dios no entrega grandes bendiciones a corazones que no hayan sido preparados para recibirlas.

El proceso duele, sí. Confunde. Hace silencio cuando más necesitamos respuestas. Pero en medio de ese aparente abandono, Dios sigue obrando. En lo invisible, en lo interno, en lo profundo. Tu carácter se está formando. Tu fe se está expandiendo. Y tu corazón está aprendiendo a confiar incluso cuando no ve.

No es fácil aceptarlo mientras atravesás la prueba, pero un día vas a mirar atrás y vas a entender que no era un castigo… era el terreno fértil donde Dios sembraba algo que solo iba a florecer en su tiempo perfecto.

Así que no te castigues por lo que estás viviendo. No te preguntés más qué hiciste mal. Preguntate qué podés aprender. Qué parte de vos está siendo renovada. Qué propósito mayor puede estar naciendo, incluso ahora.

«Y después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo los restaurará, los hará fuertes, firmes y estables.»
1 Pedro 5:10

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS