Como dicen “lo que es viejo para unos, es nuevo para otros” Siempre me han gustado los artículos decorativos viejos, ir a sitios de antigüedades y ver toda esa hermosa decoración de la época Victoriana. Utensilios de cocina, hasta juegos de sala e incluso de cuarto.
Recuerdo que mi abuela solía ir de compras al mercadillo donde vendían todo tipo de artículos, algunas nuevas, otras usadas en buen estado.
Me encantó un espejo de madera su colores y diseño estaban un poco acabados por el tiempo “una lavada y retoque de pintura y estará como nuevo.
Lo coloque en la pared con vista hacia mi cama, era un espejo bastante bonito.
Al pasar los días amanecía muy cansada y con dolores de cabeza, algo inusual, peor no le preste atención, lo que no había notado era que la pintura que le había puesto al retoque del espejo se había caído y volvía a ser el espejo viejo que traje hace unos días. Hasta que una noche mientras dormía, sentí una luz muy blanca e intensa que me daba en la cara, cuando me despierte totalmente me doy cuenta que esa luz venía del espejo como si hubiese alguien del otro lado. Me asusté y me abrigue con la sábana hasta la cabeza y en segundos ya la luz se había desaparecido en la oscuridad.
Al día siguiente le conté todo lo sucedido a mi abuela y me dijo que había sido un mal sueño, que tal vez lo imagine. Pero yo estoy segura de que no fue así. Le agarré miedo al espejo tanto que lo descolgué de la pared y ya lo tapaba con una manta negra. Decidí botarlo, a raíz de lo sucedido no volví a comprar objetos antiguos.
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