Camina por barrio obrero
con paso lento
cerveza en mano
y el pelo cano.
Yaco, fiel compañero
marcha a su lado
compartiendo la vida
y el dolor de los recuerdos.
Despierta antes del alba
derramando lágrimas sobre la almohada
pues nunca llega esa llamada
y la parca acecha, certera y temprana.
Poeta de tristes versos
que un día vivió tiempos de gloria
necesita unos abrazos y unos besos
contra la soledad más desgarradora.
Cada madrugada vierte su pena
en unos tristes versos
como rebeldía a la injusta condena
que oprime sus sueños.
Pierde mi amigo poeta la esperanza
llora en tinta las heridas del alma.
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