Está lloviendo despacio,
yo miro tras el cristal
como van cayendo las gotas
dejándose resbalar,
y mientras sigo mirando
el cielo no cesa de llorar.
Pero el día empieza a cambiar,
aparece el sol de la mañana
y se adentra en mi ventana,
¿Dónde estoy? aquí,
entre el ayer y el mañana,
donde el hoy pasará a ser ayer.
Con mi folio y mi pluma,
con mi sombrero de poeta,
sin ninguna idea clara
sigo pegada a mi ventana,
buscando el calor del día,
aparcando la nostalgia.
Quizás el ayer sea nostalgia,
el tiempo sigue y no para,
pero la mente puede hacer magia,
sentirme un susurro en el tiempo,
hoja que vuela con el viento,
paz que con la lluvia siento.
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